El caballero andante llega con su armadura de latón y su lanza apuntando al cielo. Viene dispuesto a ganarse el amor de la que ya es amada. Poco le importa a nuestro honroso y valiente joven, apuesto, de voz rota y verso elegante, que el corazón de la joven damisela ya esté ocupado, y que por tanto sea un amor, por supuesto, imposible.
Pero nadie contaba con que imposible es un concepto que no existe para él. Luchará contra los cuatro elementos, las siete plagas y los cinco océanos para que todos sepan que la quiere, que le da igual lo que digan y que si hace falta grabará con estrellas su nombre en el firmamento para que todos vean lo mucho que sufre.
Todo esto en 2018 no cabe. O sí. Quizás queda algún que otro caballero andante entre las extensas llanuras de Twitter y en los inmensos páramos de Instagram. Apuestos, vitaminados, heterosexuales, famosillos de redes que lucharán contra el infinito y más allá para que todos sepan lo que sienten y cómo lo sienten.
Aportemos contexto. Aitana. Cepeda. Operación Triunfo.
La segunda clasificada canta con su amigo No puedo vivir sin ti en la que será la última gala de la edición de OT. Llega entonces la primera estocada de nuestro gladiador. Aprovecha la línea Yo quiero más para colar Yo te quiero más por sorpresa.
El populacho, que alimenta la leyenda Aiteda que todos conocen, estalla como era de esperar. ¿Declaración de amor en directo? ¿Renace Aiteda? ¿Ha sido un error? ¿No se está pasando este chico? Todas las miradas (y la cámara) apuntan entonces a Vicente, el novio de la pretendida, que mira desde la grada la actuación. “Dos hombres y un destino”, sentencian las redes.
Lejos de tener suficiente, Sir Cepeda vuelve a la carga. Y como quien ignora todo lo que se ha hablado y todo lo que se ha especulado, postea: “Podrán hablar, podrán decir de todo. A estas alturas que más me da. Ya no actúo cuando canto contigo. Ya no actúo cuando te miro porque no puedo. No sé que es esto pero lo que sé es que lo es. Yotequieromas. Libre, sea cual sea nuestro camino”. Cepeda no se anda con cortapisas. La quiere más y todo el mundo tiene que saberlo.
Y poco después vuelve a Instagram con una canción, porque no puede expresarlo con palabras, nos dice. “Como soy de pocas palabras, os lo digo cantando. ¿Qué hay de malo? Quered, es muy bonito, y expresadlo siempre que podáis. Da igual cómo. Fin de una etapa”. Y guitarra en mano, ambiente íntimo, vuelve a la melancolía del amor no correspondido con sus seguidores (320.000 mil) «¿Qué hay de malo en desnudar tu piel? ¿Qué hay de malo en desaparecer? ¿Qué hay de malo en demostrar la sed? ¿Que se calma sólo con tu miel?». En menos de 24 horas, la publicación consigue más de medio millón de reproducciones y 10.000 comentarios
Sin embargo, no todos las reacciones han sido buenas. Por un lado, hay quien muere de amor con la pareja; por otro, los que saben que no hay nada de lo que morir de amor. Que Aitana tiene novio, que la situación puede ser incómoda para la pareja, que ella no se ha pronunciado y que Cepeda, conociendo lo calientes que están las redes, debe parar el ubaguismo que brota indomable de su corazón enamorado y llanamente guardarse su sufrimiento para sí.
Y es que algunos según se ve en redes comienzan a estar harta de la figura del héroe enamorado. El que todo lo puede y que todo lo siente, que le cuesta entender que no es no, que no hay nada que alimentar, que ella está con otro y que le da igual que su amor sea más grande; que no eres un héroe por decirle a todo el mundo que te duele por no tenerla.
Con todo este circo, de fondo, el pueblo. Hambriento de amor, se entrega a los brazos del romance de academia que, con lo que sabemos, no existe, para que ella – se llama Aitana – acabe con él, que es lo que sólo él quiere – a raíz de lo que se ve en su perfil -.
El último capítulo de esta novela de caballeros manchega termina con Aitana, la que verdaderamente importa, pidiendo respeto en redes. Respeto por Vicente, su novio, por lo que se dice y especula, algo a lo que también se ha sumado nuestro Cepeda. Quizás un poco tarde.
Todos los cepediers, aitaners, aitediers y como se quieran llamar parecen ignoran que Aitana también siente la presión. Ha salido de la academia hace una semana y se ha encontrado el pastel. Los fans, que tanto la han apoyado – y tanto apoyan a Cepeda – deberían respetar la vida privada de cada uno, dejar de alimentar especulaciones y líos más propios de Gran Hermano y aprender que no es un trofeo que ganar o perder. Aitana sí puede vivir sin Cepeda.