La Asociación de Familias de Menores Transexuales, Chrysallis, lanzó una campaña en las marquesinas de varias ciudades en la que pedían visibilidad para los niños nacidos hombres pero que se sentían mujeres o viceversa. Su campaña «Niños con pene y niños con vulva» fue un llamamiento para que estos pequeños puedan vivir «con un mínimo de bienestar y cubrir las necesidades vitales básicas: cariño, respeto y dignidad».
El polémico autobús de HazteOir con mensajes transfóbicos vuelve a traer un debate que, para esta asociación, no debería existir porque atenta contra la libertad. Estos son los argumentos de la presidenta de Chrysallis, Natalia Aventín:
- Cuando alguien niega tu corporalidad o por ella te relega a un puesto de infrapersona está afectando directamente a tu bienestar. Por ello lanzar un mensaje público en el que se te niega es un acto de vileza. Si eres una persona vulnerable por edad y te encuentras con un entorno hostil que te violenta, es probable que afecte a tu estado emocional e incluso a tu salud. O que incluso el resto se considere con derecho a agredirte.
- Nos encontramos con personas que para defender sus privilegios visten sus agresiones de peticiones bien intencionadas. Pertenecer a un entorno socio económico alto, donde con dinero se compran voluntades corrompe a veces el sentido común, llevando a extremos insospechados las acciones cuando el dinero no logra ofrecerte lo que ansias.
- Es deseable que en la sociedad se pueda defender las ideas en debates públicos o privado. Usar el derecho a la libertad de expresión para intentar infundir un mensaje de odio en los menores y en sus familias, con el objetivo de que discriminen a sus compañeros, compañeras o a aquellas personas que perciban como diferentes, no es una actitud educativa que persiga construir una sociedad justa donde las personas puedan convivir con sus ideologías y singularidades de forma cordial.
- Es una obscenidad la inversión de recursos, sean públicos o privados, en promover las acciones descritas cuando hay millones de causas justas en las que actuar, personas que viven en condiciones de pobreza extrema o que no tiene recursos para cubrir esas necesidades básicas necesarias para subsistir. Porque las entidades sociales no podemos defender intereses particulares y la decencia está por encima de los discursos.
- Los niños y niñas transexuales son personas a las que al nacer no se les acertó la predicción en cuanto al sexo, también hay personas intersexuales cuya anatomía no entra dentro de los parámetros más habituales o cuyos cromosomas no están en los parámetros estadísticos mayoritarios. Todas esas personas también tienen identidad y la descubren o tiene conciencia de ella al mismo tiempo que el resto.
- La propuesta de afirmar que todas estas personas no existen es inviable porque las tenemos en nuestro entorno, en nuestras familias, en la sociedad, una ministra actual es un ejemplo visible de una de estas realidades, también hay otras personas conocidas que se dedican a la política, presentan eventos importantes en nuestra televisión, profesionales de la educación, el derecho… Pretender que una imagen simplista de la sociedad, donde solo caben un club selecto de personas y el resto se adapta a sus exigencias, se imponga, es una idea que produce rechazo social y estos días estamos teniendo la evidencia.