Los analistas empiezan a echar cuentas sobre el impacto que tendría en las cuentas de resultados de la gran banca española la eliminación de las cláusulas suelo de sus hipotecas. Los expertos del »broker» de una gran entidad financiera como Bankia creen que en 12 meses BBVA, Banco Popular y Banco Sabadell habrán visto como se esfuman 935 millones de euros de beneficio.
Que el Tribunal Supremo haya ratificado la nulidad de las clásulas suelo supone un gran golpe para el maltrecho sistema financiero español. Las tres grandes entidades que han utilizado de forma masiva esta salvaguarda van a pagar un duro precio por la utilización de una claúsulas que en la práctica impiden que el interés que se paga por un préstamo baje de un determinado nivel aunque el Euribor lo haga como ocurre ahora. En un entorno como el actual de caída de los tipos de la principal referencia hipotecaria, los bancos han hecho un pingüe negocio.
Señalado directamente por la sentencia, BBVA ya ha sacado la bandera blanca y ha retirado el suelo a 425.000 clientes. El resultado es que sacrifica 35 millones de euros al mes de beneficio neto -420 millones en doce meses- y, al mismo tiempo, pone en una situación límite a Popular y Sabadell, dos entidades que generan la inmensa mayoría de su cuenta de resultados en España y que por lo tanto no gozan de la diversficación internacional de ingresos que sí disfruta BBVA.
La peor parte sería para Banco Popular. Con los cálculos de Bankia Bolsa en la mano, la entidad que preside Ángel Ron asumiría una pérdida del beneficio neto de 27,1 millones de euros al mes, cifra que extrapolada a los doce próximos meses alcanzaría los 325 millones de euros. Una cifra que supone el 3,5% del ratio de capital del grupo (common equity tier 1), frente al 2,5% de Sabadell o el mucho más bajo 1,1% de BBVA.
El banco catalán asumiría un coste de 15,9 millones de euros al mes y de 190,4 millones en doce meses. Para los dos bancos medianos, asumir la sentencia del Tribunal Supremo podría suponer incluso entrar en pérdidas este mismo año, según el banco portugués BPI. Ambas entidades han recibido la decisión de BBVA -secundada también por Cajamar- con el pie cambiado. Están bajo los focos y podrían tener que seguir el mismo camino por una cuestión reputacional.
En el peor momento
A la espera de que las entidades tomen decisiones -la sentencia afecta al banco que preside Francisco González, a Cajamar y a Novacaixagalicia-, de lo que no cabe ninguna duda es de que la ratificación del Supremo y la decisión de BBVA -cuyos equipos legales siguen estudiando la sentencia por si procede recurrirla- llega en el peor momento.
Como señala Ahorro Corporación, «la decisión llega en un año todavía difícil e incierto para la banca con unas provisiones todavía por concretar que podrían conllevar recapitalizaciones. Además es una prueba más de la elevada inseguridad jurídica que existe en el sector, sometido a constantes cambios regulatorios».
Una inseguridad que ahora se puede trasladar a los plazos. El auto aclaratorio del miércoles deja claro que las entidades afectadas no tienen que devolver a los clientes los importes de los que se han beneficiado. Sin embargo, las asociaciones de afectados se están movilizando para presentar demandas colectivas y conseguir que los bancos tengan que devolver todos los importes con carácter retroactivo. Más madera para la caldera de un sector financiero que ya está al rojo vivo.