De acuerdo con el estudio, un escaso 9,2% de los autónomos considera que las mejores prestaciones son las públicas y un 28,7% aumentaría su cotización dependiendo de las mejoras de las prestaciones públicas, lo que hace que un 37,9% del total esté dispuesto a subir su base mínima de cotización.
Sin embargo, un 38,2% de los autónomos no estaría dispuesto a subir su cotización ya que no tiene ingresos para cotizar más, además de un 13,2% que opta por contratar planes privados y desconfía de las prestaciones públicas. La contratación de protección privada también influye en esta decisión, ya que un 41,7% de los autónomos cuentan con ese servicio.
EL 86% DE LOS AUTÓNOMOS COTIZA POR LA BASE MÍNIMA
El 86% de los autónomos cotiza por la base mínima, situada en 994,40 euros mensuales. Esta tendencia varía en función de la edad, pues de los autónomos menores de 25 años un 85,1% lo hace por el mínimo, porcentaje que se reduce al 42,6% en el caso de los mayores de 55. Del grupo de los 26 a 39 años y de 40 a 45 la tendencia cambia ya que en ambos casos más del 30% cotiza entre 1.000 y 2.000 euros.
Estas cotizaciones bajas dan lugar a problemas de prestaciones bajas ante contratiempos. Por ese motivo, se ha establecido una base mínima de cotización de 1.018,50 euros para los autónomos mayores de 47 años y de 1.214,10 euros para aquellos mayores de 50 años que sean societarios o hayan tenido más de 10 trabajadores dados de alta.
EL 60% DE LOS AUTÓNOMOS SUSPENDE AL SISTEMA PÚBLICO ESTATAL
De acuerdo con el estudio, un 43,5% de los encuestados valora que la Seguridad Social ha de mejorar, lo que se suma a un 16,3% que la considera muy deficiente. De hecho, solo un 11,6% la sitúa por encima del notable. Respecto a la comparación con Europa, el 62,6% de los autónomos opina que la seguridad social española es peor que la del resto de países europeos.
En función de las distintas prestaciones públicas o privadas, la asistencia sanitaria pública es la mejor valorada, con una buena valoración por parte del 50,5% de los autónomos, seguido por la propia sanidad privada, con un 44,2%.
El cese de actividad es, sin embargo, la que menos confianza suscita, pues el 60,9% considera la prestación poco o nada eficiente. En palabras del presidente de ATA, Lorenzo Amor, «si no se cambia de aquí a finales de año, la prestación por el cese de actividad sigue siendo un fraude».