La elegancia de un ganso y la connotación en castellano de ‘hacer el ganso’. “Queríamos crear una marca que fuera divertida y elegante al mismo tiempo, de ahí El Ganso”, indica Clemente Cebrián, uno de los fundadores de la empresa junto a su hermano Álvaro.
La clave del éxito de El Ganso pasa, en primer lugar, por su gran equipo de profesionales. “Sobre todo hemos trabajado para ser una empresa creativa y siempre hemos intentado desarrollar un estilo que sea claramente identificable, que nos permita ir más allá de la venta de camisas para poder ofrecer más productos como cascos, fundas de iPhone o colonias”, señala Clemente.
Álvaro se ocupa principalmente de la parte de diseño a pesar de no tener estudios en ese ámbito. “Lo importante es que la marca tenga coherencia. El Ganso cambia poco de temporada a temporada y Álvaro, junto con su equipo de diseñadores, se encarga de mantener ese equilibrio”, apunta Clemente que, no obstante, comparte todas las tareas dentro de la empresa con su hermano.
Con El Ganso, Clemente y Álvaro han sabido crear un estilo que no existía antes en España. “Aquí nos dicen que es ‘British’ y en Inglaterra que es afrancesado, aunque también que tiene un toque berlinés, neoyorquino… Así que decimos que es un estilo cosmopolita. Lo que sí tiene son colores fuertes, rojo, marino, que recuerdan bastante a España y eso nos viene muy bien”, comenta Clemente.
En unidades su producto estrella son las zapatillas. “Ahora el calzado representa el 40 por ciento de las ventas más o menos”, indica el madrileño.
El perfil del cliente de El Ganso es muy amplio y heterogéneo lo que supone otra de las fortalezas de la marca. “Llegamos a chicos jóvenes y alternativos, como pueden ser los que van a la calle Fuencarral, y a otro público más clásico. Se trata de una fortaleza que, no obstante, implica estar muy atento y ser muy sensible en el ámbito de la comunicación, ya que lo que buscamos es que nuestros clientes se sientan reflejados con la marca”, apunta Clemente.
Otro de los aspectos que también cuidan de manera minuciosa es la decoración de sus tiendas. “Los muebles son viejos de verdad y los grabados nos los hace nuestro tío José, que es pintor. Él nos hizo el logo y aparece en una fotografía, que está en todas las tiendas, vestido de escocés en 1976 en Edimburgo. La pusimos como imagen de autenticidad de la marca”, señala Clemente.