La reciente oferta de empleo público aprobada por el Gobierno ha supuesto un incremento significativo en el número de plazas de funcionario, convirtiéndose en la mayor de los últimos años.
Esto abre nuevas perspectivas para aquellas personas que se están planteando estudiar una oposición. El Centro de Estudios Financieros (CEF), escuela de negocios y centro preparador de oposiciones, ha elaborado un listado de aspectos que han de ser valorados por quienes decidan afrontar una oposición de ingreso en alguno de los cuerpos de la Administración del Estado de cara a tomar la mejor decisión sobre la oposición a escoger.
Antes de comenzar la preparación de unas pruebas de este tipo y por supuesto de presentarse a los exámenes, hay que saber elegir la oposición que mayores probabilidades de éxito nos ofrezca y que esté acorde con nuestras vocaciones y expectativas.
Según Ángela de las Heras, jefa del área de oposiciones del CEF, «es un buen momento para plantearse acceder a un trabajo estable y bien remunerado en la Administración. Pero antes de embarcarse en esta aventura es conveniente conocer una serie de aspectos básicos que nos ayudarán a tomar la opción más correcta».
Las siete claves
1. Familiarizarse con el programa. Es indispensable disponer de una información fiable y detallada del programa de la oposición a la que se quiere optar. Esta información se puede conseguir a través del Boletín Oficial del Estado (BOE) o en las webs de los organismos e instituciones que las convocan. También puede consultarse en los centros especializados en formación de oposiciones.
2. ¿Es adecuado mi perfil al programa elegido? Hay que tener en cuenta diversos factores, como si la oposición está relacionada con el currículum académico de cada uno, con alguna experiencia laboral previa o con los intereses personales. Son aspectos que han de primar a la hora de decidirse por una u otra oposición.
3. ¿Puedes permitirte opositar? Una cuestión importante es la disponibilidad de tiempo que se tenga para dedicarse al estudio y preparación del temario. Hay que tener en cuenta que a menudo esa preparación puede durar dos o tres años. No es lo mismo una preparación a tiempo completo si se dispone de soporte económico que enfrentarse a una oposición intentando compaginarla con la vida laboral u otro tipo de actividades.
Preparar una oposición no admite medias tintas. Precisa una dedicación absoluta para tener éxito. Presentarse para probar suerte es un camino seguro al fracaso.
4. ¿Habrá mucha competencia? Una convocatoria con muchas plazas no es garantía de éxito, ya que también serán muchos los aspirantes. Lo más conveniente es consultar el histórico de las distintas oposiciones que nos puedan interesar para comprobar el ratio entre plazas y aspirantes. Habitualmente las oposiciones más exigentes presentan una mejor relación entre vacantes convocadas y candidatos presentados.
5. Regularidad de las convocatorias. Algunas áreas de la Administración convocan oposiciones de forma regular, cada uno o dos años. Pero hay otras que lo hacen de forma más puntual y aleatoria. Conocer la regularidad de esas convocatorias es importante para elegir oposición y planificar su preparación.
6. ¿Y si no apruebo? Un porcentaje de quienes se presentan a una oposición no logran su objetivo, pero hay que poner en valor los conocimientos adquiridos y la disciplina que exige su preparación, que pueden convertirse en factores positivos a la hora de optar a un puesto de trabajo en una empresa.
7. ¿Qué motivaciones tengo para opositar? Sin duda la posibilidad de un trabajo estable y unos ingresos fijos es uno de los principales acicates para emprender la aventura de opositar, pero no ha de ser el único. Ser funcionario requiere vocación de servicio. Sin esa mentalidad difícilmente se puede progresar laboralmente dentro de los distintos cuerpos de la Administración.