Nadie dijo que emprender en tiempos de crisis fuera fácil. Sin embargo, hay personas que lo consiguen como es el caso de Eduardo Grojo. En 2012, ha publicado su segundo cuento infantil de la serie ‘Calabata’ gracias al método de financiación ‘crowdfunding’. Este sistema de financiación en masa ha ido creciendo en los últimos años de la mano de las redes sociales por lo que se ha convertido en un método indispensable para todo aquel que tiene una buena idea.
¿Pero que es ‘crowdfunding’? Consiste en la financiación colectiva llevada a cabo por personas que realizan una red para conseguir dinero u otros recursos, se suele utilizar internet para financiar esfuerzos e iniciativas de otras personas u organizaciones. El ‘crowdfunding’ puede ser usado para muchos propósitos, desde artistas que buscan el apoyo de sus seguidores hasta el nacimiento de pequeños negocios.
Mecenazgo a partir de 5 euros
El caso de Grojo este sistema ha sido imprescindible, “tenía que buscar una forma de financiación para poder pagar los costes de impresión. Desde hacía poco se hablaba en los medios de VERKAMI, una empresa que facilitaba mediante ‘crowdfunding’ financiar proyectos artísticos y culturales. El ‘crowdfunding’ permite que todo el mundo se pueda convertir en mecenas mediante pequeñas aportaciones (en mi caso fueron de los 5€ a los 500€). La idea de producirlo de este modo me permitió también hacer ruido en redes sociales y en blogs de todo el mundo. Y la cosa funcionó. Conseguí el dinero, y en noviembre de 2011 pude mandar el material a la imprenta. En diciembre el libro salía a la venta, y un año después repetí la misma operación de ‘crowdfunding’ con el segundo libro, ‘El chichón más grande del mundo’. Este autor cuenta que este sistema es muy gratificante “porque te relaciona directamente con tu público sin necesidad de intermediarios: los mecenas compran el libro por anticipado, y eso te permite producirlo y enviárselo directamente a su casa, sin librerías ni distribuidoras de por medio”.
Una vez conseguido el dinero para poder producir el libro, Grojo se encontró con otro problema como era el caso de la publicidad. “Lo más difícil en cualquier negocio es darlo a conocer, la publicidad es algo imprescindible para que un producto exista. Si no suenas, no existes. Y la publicidad es cara. En estos momentos, ‘Calabata’ está funcionando sobre todo en redes sociales y en Blogs especializados de todo el mundo”.
Conocer el mercado, sus riesgos y a los competidores. Estas son las tres claves que da Grojo a los futuros emprendedores. “Lo importante es conocer el mercado, su público, sus riesgos y a sus competidores. Si tiene un buen plan de negocio, y cree que puede asumir los riesgos, debe tirarse a la piscina, pero no en plancha”, explica.
Este autor cuenta su experiencia personal: “Antes de lanzarme a la aventura editorial, yo hablé con numerosos libreros, distribuidores, imprentas y editores, gracias a los cuales me pude hacer una radiografía bastante fiel de cómo estaba el mercado en esos momentos. Los márgenes en el mundo editorial son bajos, las ventas se han desplomado, y cada día hay más librerías que tienen que echar el cierre. La iniciativa parecía un poco suicida, pero mi idea era firme. Por ello, decidí valorar los riesgos y asumir una primera edición. Si la cosa no iba bien, a las malas me encontraría con unas cuantas cajas de libros en el salón”.
“La lectura tiene que hacer soñar al niño y también gustar a los padres”
Conseguir que un niño lea se ha convertido en toda una ventura para muchos padres. Las nueves tecnologías ha relegado a los libros a una segunda posición. Por ello, ante la pregunta de ¿Qué se debe hacer para incentivar la lectura entre los más pequeños? Grojo destaca que lo más importante es no imponérsela. “Hay que lograr que al niño le apetezca sumergirse en un nuevo mundo, ya sea por las historias o por las ilustraciones. La lectura tiene que ser algo lúdico, que despierte su imaginación, que le haga soñar. Al niño hay que dejarle participar, debe hacer suya la historia, que la manipule y la »triture» como cuando le das plastilina. La lectura no debe ser algo aburrido y pesado. Un libro bien »sobado» es un libro que ha cumplido su objetivo”.
El autor de ‘Calabata’ destaca que el mercado infantil nunca decae gracias a los padres. “es verdad que las ventas actuales no son como las de antes, y eso no se debe sólo a la crisis, sino precisamente a la gran variedad y oferta que llega desde cualquier parte del mundo. Por otro lado, y como en cualquier sector, las grandes compañías suelen copar las tiendas y los expositores, y es casi imposible que un cuento como ‘Calabata’ destaque ante un nuevo título de Disney”.
Grojo destaca que a la hora de escribir un cuento es muy importante tratar al niño de tú a tú. “Los niños son muy listos y se aburren y enfadan cuando les minusvaloras. En las historias de ‘Calabata’ suele haber varios niveles de trama, enfocados a que niños de diferentes edades puedan encontrar algo que les atraiga. En mi breve experiencia, he comprobado con satisfacción que ‘Calabata’ gusta lo mismo a niños y niñas de edades que van de los 2 a los 8 años. En ‘Calabataha’ hay muchos personajes a los que les ocurren cosas muy cotidianas, contadas desde un humor algo surrealista e irreverente que también gusta a los padres. Y creo que eso también es clave: los padres deben encontrar placer en contar los cuentos a sus niños, por eso, como padre cuarentón, busco un nivel de complicidad con los adultos inspirándome en universos que van de Poe a Lewis Carroll, de Shrek a Toy Story”.
“No todos los cuentos tiene que tener un final feliz”
“Cada cuento tiene que tener su conclusión lógica por lo que no se puede forzar un final feliz ya que podría ser decepcionante para el niño”, destaca Grojo. El autor de ‘Calabata’ reivindica que los padres les cuenten cuentos a los niños ya que todos los niños crecen con historias, “y qué mejor que un padre o una madre para contárselas. A cualquier niño le gusta ese ratito en el que sus padres le cuentan una historia”.
Sobre su personaje Grojo cuenta que se le ocurrió cuando su hijo Daniel tenía 2 años. “A esa edad mi hijo en vez de decir calabaza decía ‘Calabata’. Parecía sólo uno de esos »inventos» de lengua de trapo que a su madre y a mí nos hacían tanta gracia, hasta que me di cuenta de que algo había hecho »clic»: Calabata podía ser ese personaje que canalizara los cuentos de Daniel, el niño calabaza amigo de vampiros y dinosaurios, cuya imaginación le lleva siempre a situaciones sorprendentes”.
Para concluir Grojo nos cuenta qué tiene Calabata para que le guste a un niño: “Calabata es un niño al que le suceden las mismas cosas que a casi todos los niños de su edad, como no poder quedarse dormido o hacerse un chichón. Calabata es, por otra parte, un personaje muy arropado por sus seres queridos, padres, abuelos, y amigos como Angus el diplodocus, o Joy, la niña cebolla, referentes con los que muchos niños se pueden identificar. La parte irreverente que tienen todos los niños está potenciada con un sentido del humor a veces un poco surrealista con el que los niños conectan muy bien. En Calabata también se manifiestan sensaciones primarias como la vergüenza a lo que dirán los amigos sobre uno mismo, o el miedo a ir al médico para una simple revisión”.