El año pasado, un conocido meteorólogo francés, Laurent Cabrol, previó que no habría verano en España. El ‘hombre del tiempo’ del canal ‘Chaîne Météo‘ no pudo estar más equivocado. Españoles, franceses e italianos sufrirían fuertes olas de calor pero muy cortas en el tiempo y seguidas de numerosas lluvias y tormentas durante julio y agosto.
Los meses más calurosos serían los de septiembre y octubre. La previsión se hizo en base a qué había ocurrido durante los años en los que se vivieron primaveras frías, como la de 2013. El canal francés especializado en meteorología explicó que a una mala primavera sólo le había seguido un buen verano en el 10% de las ocasiones.
Sin embargo no podían estar más equivocados. Las temperaturas fueron superiores a un grado centígrado en Navarra, Extremadura, Andalucía, Castilla-La Mancha, este de Cataluña, Galicia, Madrid e Islas Canarias, llegando, en algunos puntos de estas últimas tres regiones, a aumentos por encima de los dos grados centígrados.
Mientras, en el resto de España, según la AEMET las temperaturas fueron, en general, las esperadas o ligeramente más altas. Esta situación se debió a la persistencia de temperaturas elevadas durante las dos primeras decenas del mes y los primeros días de la tercera y no a la ocurrencia de grandes olas de calor, situación que ya sucedió a lo largo del pasado julio.
La previsión alertó tanto que fue recogida por numerosos medios internacionales y además también fue contestada por otros especialistas, como los compatriotas galos del servicio nacional de meteorología francés, Météo France, quien emitió un comunicado para asegurar que “las previsiones de las que se habían hecho eco los medios no tenían prácticamente ningún valor científico y que no existe correlación entre una primavera fría y un verano frí.
La mayoría de los meteorólogos coinciden en que a pesar de la sofisticada tecnología, es imposible hacer previsiones meteorológicas que vayan más allá de los 8 o 10 días.