Se ha convertido en un rostro y una voz popular gracias a los programas de televisión y de radio, a los libros y a los cursos de inglés en formato DVD que han sido todo un best seller en el aprendizaje de idiomas en nuestro país.
Richard Vaughan, estadounidense de 63 años de edad establecido en nuestro país desde hace 40 años, ha dedicado toda su carrera profesional y empresarial a la enseñanza del inglés, a todos los niveles y con alumnos de todas las edades, algunos famosos políticos incluidos.
El presidente de Vaughan Systems analiza para TeInteresa.es los problemas con el inglés del español medio y de nuestro sistema educativo. Cree que las claves del éxito son el oído y la seguridad al expresarse con lo básico del lenguaje: entender a la primera es el 70% y el 29% lo que denomina las tablas de multiplicar gramaticales. El 1% sería todo el resto del idioma.
No hay fórmulas mágicas ni libres de esfuerzo. Para dominar el inglés son necesarias entre 2.000 y 3.000 horas de contacto con esta lengua, asegura: es una cuestión cuantitativa, desde niños hay que exponerse a riadas de inglés, que les impacte el idioma.
– ¿Cuál es ahora el nivel de inglés de los españoles, ha mejorado?
España sigue teniendo un nivel de inglés demasiado bajo. Hace falta un revulsivo si se quiere que el país sea más o menos bilingüe en 10 o 20 años. Pero sucede lo mismo en Francia o Italia. Pasa en todos los países europeos que tienen grandes mercados internos.
– ¿Son efectivas iniciativas como los colegios bilingües de la Comunidad de Madrid?
No son el sistema ideal, pero es una mejora importante respecto a lo que había anteriormente. En las etapas de Infantil y Primaria eliminaría la palabra escrita. También haría falta una formación continua del profesorado en estilo de enseñanza. El mejor método es el profesor, no hay una fórmula revolucionaria. El alumno tiene que enamorarse de su profesor. Si él mola, la asignatura mola. Así se logra la motivación y el compromiso del estudiante. Y esto es así para todo tipo de público, desde los 6 a los 67 años.
Lo ideal sería enseñarlo con profesores nativos, pero si no todos pueden serlo, el docente debe ser un guía cuya tarea es motivar. Actualmente tiene muchos materiales auditivos nativos para desarrollar su trabajo. Más que lo que enseña él mismo, es un catalizador, debe hacerlo atractivo.
– ¿Cuándo y cómo hay que empezar con el inglés?
Desde que nacen, que los bebés oigan una hora de ruido en inglés alrededor y lo mismo en su segundo año de vida. Después, hasta los 13 años, que sólo se expongan a la audición del idioma y comiencen a desarrollar una expresión oral sencilla, para ir adquiriendo agilidad verbal con lo más importante de la lengua, lo que puede denominarse las tablas de multiplicar gramaticales del inglés. Porque el 90% de lo que usamos está en el nivel básico e intermedio. Un error del sistema educativo es que se les quiere enseñar el álgebra de este idioma.
El 70% del esfuerzo es de oído: entender las voces nativas. Con estas dos cosas, el 99% está conseguido. También desterraría los exámenes. La nota en esas edades debería basarse en la asistencia a clase y en la actitud del alumno. Es a los 23 años, cuando entran en el mercado laboral, cuando comienza a correr el contador. Mientras hay que ir sin prisa, pero sin pausa. Que adquieran oído y confianza al hablar.
– ¿Qué recomienda a los padres para sus hijos?
Les aconsejo que sus hijos tengan entre 50 y 100 horas al año de clases de inglés para niños con un profesor nativo. Y si al niño no le gustan, cambiarle porque es fundamental que esté motivado. Preferiblemente clases individuales y en días que no coincidan con el colegio, para que no esté cansado, saturado. Por ejemplo, tres horas un sábado al mes, más un intensivo en Navidad y Semana Santa. Y en el mes de julio dos semanas. Así desde los 3 o 4 años hasta los 13. A partir de esa edad se pueden ir a un país de habla inglesa en verano. Pero aun así seguir con las clases para que tengan un guía que les corrija. Si sólo se van fuera no lo tienen.
– ¿Y después?
A los 13 años el cerebro comienza a cambiar y se vuelve más analítico y es entonces cuando hay que introducir la palabra escrita, la gramática, pero continuando con el bombardeo auditivo. En la universidad introduciría una hora de inglés al día de forma obligatoria en todas las carreras.
Para desenvolverse en la vida real hay que tener capacidad auditiva y seguridad en la expresión oral. Como Javier Solana, que hablaba un inglés básico, pero de forma eficaz, con aplomo y solvencia. Eso no se logra en el sistema educativo actual ni de lejos a pesar de que los estudiantes permanecen en él durante 20 años si llegan hasta la universidad. Ahora adquieren mala pronunciación y un rechazo al inglés, se deforman.
Comienza a interesarles de nuevo cuando se tienen que incorporar al mercado laboral, pero si no se resuelve el problema del inglés en el sistema educativo, probablemente ya no lo resolverán en toda su vida.
– ¿Ayudaría dejar de doblar las películas como se propone habitualmente?
No doblar las películas o series ayudaría porque es, como digo, un asunto de impacto, de horas de exposición al idioma. Pero no va a hacerse y yo en España no lo haría porque se hundiría esta industria. La gente no quiere las películas en versión original.
– ¿Hay remedios para los adultos?
Les aconsejaría 30 horas de clases one to one para engrasar el idioma de nuevo, recuperar lo perdido, recordarlo, volver a tomar contacto con él. Y después de eso, una exposición brutal al inglés en un programa como Vaughantown o similar. Que tengan que exponerse a escuchar y hablar inglés a lo bestia. Es lo más importante para poder comunicarse. Porque, en su caso, ya no van a encontrar nunca la idoneidad en cuanto a la calidad de su inglés.
El objetivo debe ser ése. Se puede ir por el mundo y triunfar siendo eficaces en la comunicación aunque se le den patadas al diccionario. Conseguir entender a la primera el cien por cien y hablar con solvencia aunque sea sin calidad. La comunicación comienza con el oído, si no es como si fueras sordo.