‘Tirar de la manta’ quiere decir descubrir lo que había interés en mantener secreto, o sacar a la luz algo grave o importante que se mantenía oculto. En nuestros días se aplica especialmente cuando se amenaza con desvelar algún suceso escandaloso relacionado con la política o los negocios, según señalan desde la web lasfrasesparahoy. Su origen es muy antiguo y poco tiene que ver con el significado que en la actualidad le damos.
Mantas era el nombre que se le daba antiguamente en Navarra a los grandes lienzos donde podían leerse los nombres de los judíos conversos de cada villa. A este respecto, Marichalar y Manrique cuenta en su «Historia de la Legislación»(1868): «...en muchas iglesias de Navarra se veían, aún a fines del siglo XVIII, grandes lienzos, llamados vulgarmente mantas, en que estaban escritos los nombres y apellidos de las familias que descendían de judíos convertidos».
En la ciudad de Tudela (Navarra), la manta estaba colocada en la Capilla del Cristo del Perdón de la catedral, y fue puesta allí en 1610, según las autoridades, «para que la limpieza de sangre se conservase en la ciudad y otras partes, y se supiese distinguir los que descendían de los conversos, […] y se supiese y pudiese distinguir la calidad de los hombres nobles».
De esta ignominiosa costumbre derivó la amenaza de «tirar de la manta», es decir, desvelar públicamente que alguien era un cristiano nuevo y por lo tanto con antepasados hebreos, lo que en aquella época y sociedad constituía un gran descrédito.