Los jóvenes no cometen más faltas de ortografía por escribir mensajes de texto en dispostivos móviles, o al menos, así lo asegura un estudio publicado por el Centre national de la recherche scientifique (CNRS). Para el experto en discurso y análisis lingüístico y profesor de la Universidad de Almería, Antonio Bañón Hernández, el problema de los SMS pasa más por no trasladar este lenguaje a otros soportes.
¿Empeoran las nuevas tecnologías la ortografía de los jóvenes?
No hay ninguna relación directa entre la escritura que hacen los adolescentes a través de los SMS y el hecho de que se puedan cometer un mayor número de faltas de ortografía.
Entonces, ¿por qué esta falsa creencia?
El problema está situado en otra dimensión: en el uso de una herramienta creativa distinta que no ha de trasladarse a otro soporte y se debe quedar ahí. Lo que hay que conseguir es que los estudiantes se den cuenta de que están ante registros diferentes y por lo tanto sepan discernir a quién se dirigen en cada momento.
¿Son capaces los adolescentes de adaptar su mensaje a distintos soportes?
Sí. Los chicos que son capaces de dominar mejor el lenguaje, saben jugar más con él. Precisamente, es en los SMS donde los jóvenes pueden plasmar mejor su creatividad y su habilidad en la economía del lenguaje.
¿Escriben los jóvenes peor que antes?
Ha habido un retroceso en el estilo, ortografía y puntuación. No obstante, no creo que la raíz del problema se encuentre en las nuevas tecnologías, sino en el hecho de que ya no se valore la presentación formal de los textos como antes. Ahora se prima qué se dice, y no cómo se dice cuando la forma también es un elemento importante.
¿La exigencia escolar es menor?
Puede ser, aunque la clave estaría más en estudiar cuál es la base ortográfica de los profesores para poder exigir más a los alumnos. Y es muy probable que si la analizáramos podríamos llevarnos alguna sorpresa.
¿En qué pueden ayudar los móviles al lenguaje?
Tienen una función didáctica importante. El móvil es una herramienta más en el aprendizaje. De hecho ya ha habido propuestas en las que se ha incorporado el móvil a determinadas asignaturas y han sido exitosas. No obstante, siempre debe haber una formación previa antes de entregar un teléfono a un niño sobre los límites del mismo.
¿Y en qué lo dañan?
La principal causa es que el uso excesivo del teléfono móvil en cualquier lugar y circunstancia reduce las relaciones comunicativas y daña el lenguaje del cara a cara.