En presidencia de los Reyes de España y del ministro de Educación, Cultura y Deportes, Íñigo Méndez de Vigo, entre otras autoridades presentes en el comienzo del curso académico en Salamanca, Hernández Ruipérez ha dicho que «el modelo universitario español está agotado y necesita una profunda reforma, que requerirá importantes modificaciones legislativas, y que debe responder a una estrategia clara de progreso para competir con otros sistemas y estar en las mejores condiciones de servir a la sociedad».
Ese futuro, según sus palabras, pasa por dotar de una mayor autonomía a las universidades, un cambio de sistemas de gobernanza, un diseño de financiación «estable», figuras de profesorado «más flexibles» o un sistema de titulaciones de gestión «ágil».
Así se podrá acometer un cambio en una universidad pública española que tiene niveles de financiación «muy inferiores» a los de «cualquiera de los países de nuestro entorno», que «camina cargada de piedras en la espalda, maniatada por normas rígidas», y que, pese a ello, ofrece «muy buena calidad media».