La consejera de Enseñanza de la Generalitat de Catalunya, Irene Rigau, ha defendido hoy en Madrid que “los recursos educativos se han de destinar a la lucha contra el fracaso escolar antes de cambiar cualquier estructura”, en referencia a la reforma del bachillerato que ha hecho el Ministerio de Educación. “Estamos cansados de invertir en el ladrillo, ahora hemos de hacerlo en formación”, ha asegurado, “y si hay una reforma que nos obliga a hacer obras, no podremos realizarla”.
Rigau ha hecho estas declaraciones en el almuerzo “Diálogos de Educación” que organiza en Madrid la Confederación de Padres de Alumnos (COFAPA). Allí ha explicado que “en Catalunya hay 419 unidades de 4º de ESO en la escuela concertada cuyos bachilleratos no tienen continuidad en el mismo centro, lo que a la larga les obligaría o bien a invertir en edificios o a perder un curso de concierto”. Ello afectaría a 2.000 unidades de la escuela concertada en todo el estado español.
Recientemente, la FP de grado medio ha pasado de uno a dos años. Según Rigau, “con la nueva propuesta del Ministerio volvería a aumentar”, aunque se ha mostrado también “confiada en que esta situación se pueda superar con la propuesta de diálogo que ha ofrecido el ministro de Educación en torno a la propuesta de reforma del bachillerato”.
Aunque el orden y estructura de los ciclos es competencia del Estado, la consejera ha insistido en que ella expone “las complicaciones económicas y de modelo que supone, ya que no nos interesa que cierre ningún centro porque los necesitamos a todos”.
Rigau ha finalizado su ponencia recordando algunas medidas que ha arrancado su Departamento como el impulso de la lectura, el soporte escolar personalizado y los protocolos de detección de la dislexia. Ha insistido también en la necesidad de “modificar el acceso a Magisterio y de replantear los planes de estudio de la formación inicial del profesorado”.