La Universidad de Chicago tiene una escuela de negocios en Singapur, al igual que la de Nueva York cuenta con su centro de arte Tish en este país asiático. En China se conceden títulos académicos de universidades estadounidenses, y en Israel, profesores y académicos de todo el mundo realizan visitas y evaluaciones en sus universidades. Estos países han importado universidades extranjeras para ampliar el campo académico y atraer dinero y talento.
Andrés Oppenheimer destaca el caso de Singapur, donde todas las universidades locales tienen programas de titulación con centros chinos, europeos y norteamericanos.
En Shanghai, el rector de la escuela de negocios CEIBS es Rolf Cremer, un alemán que había llegado a China en los 80 en los inicios de la apertura económica: “El país abrió su sistema educativo y permitió que cada vez más jugadores experimentaran en el país”. El gigante asiático ha firmado más de 1.000 acuerdos con centros extranjeros y el gobierno permite que 170 universidades extranjeras otorguen títulos.
En Israel, cada departamento de la universidad debe someterse cada siete años a una rigurosa evaluación de una comisión de expertos internacionales, que realizan evaluaciones y auditorías.
Después, los especialistas hacen recomendaciones y si las universidades no la siguen, la administración puede tomar medidas, como quitar funciones al decano. Esta evaluación interna se suma a los acuerdos con centros de todo el mundo y a la gran presencia de docentes extranjeros.