Según ha explicado Salido, es una experiencia «positiva a todos los niveles» tanto si implica salir de España y participar en un colegio en otro país durante unas semanas como si el intercambio se realiza con un colegio en otro punto de la geografía nacional.
En este sentido, ha incidido en que las expectativas que hay que tener en estos viajes «han de ir más allá de los idiomas». «El intercambio tiene que tener más expectativas que venir con un idioma superaprendido y superfluido –ha explicado– Hay que ser realista».
Para el presidente de CEAPA, los intercambios «no deben enfocarse única y exclusivamente en ese ámbito porque se generan unas expectativas que a veces no se cumplen». Sin embargo, ha puesto el acento sobre la oportunidad que suponen para conocer las «diferencias» de lugar de origen con otros países o con otras comunidades autónomas «que es importante conocer».
«El intercambio cultural es muy importante porque no hay anda como viajar para darnos cuenta de las posibilidades y las diferencias que hay en otros sitios y que las cosas se pueden hacer de muchas formas para conseguir lo mismo», ha explicado.
En esta línea, Carbonel ha expresado los beneficios de realizar esta clase de actividades como «no solamente la posibilidad de conocer otros contextos y otras culturas sino también en saber empatizar con otras familias», además de permitir que los niños desarrollen sus capacidades y autonomía personal.
«Nos parece muy importante –ha indicado– es un tema que debería estimularse y, en lo posible, apoyarse decididamente por parte de las administraciones o por diferentes vías. Creemos que es muy bueno para nuestros hijos».
De hecho, ha hecho referencia al barómetro publicado por CONCAPA en julio de 2014, en el que se destacaba que casi el 90% de los padres de familia considera este tipo de actividades como «bastante o muy beneficiosas» para los menores, en la educación en valores como la responsabilidad, la autonomía, la tolerancia, y en el conocimiento de otras culturas y ampliación del círculo de amistades.
LOS TEMORES
En cuanto a los posibles obstáculos, como los temores de los alumnos a la hora de enfrentarse a situaciones y lugares desconocidos, Salido se ha mostrado convencido de que «muchos chicos y chicas que han viajado más con 14 años que sus padres con 30» y que «para ellos es una experiencia». «Obviamente, tiene que hacerse cuando ya tienen una edad y un mínimo de responsabilidad», ha señalado, a su vez, Carbonel.
En este sentido, el barómetro de CONCAPA indicaba que, para los padres, las edades más adecuadas para realizar intercambios educativos son entre los 12 y los 14 años (para el 45% de los progenitores) y entre los 15 y 16 (para el 27% de ellos).
Por otra parte, existe la cuestión del posible miedo de algunos padres a que sus hijos viajen sin ellos. Para Carbonel, «lo educativo es que puedan valerse por sí mismos», por lo que destaca que los intercambios son «muy positivos» como experiencia de aprendizaje.
«Creo que los intercambios plantean algo muy necesario, que es evitar la sobreprotección que por parte de muchas familias se da a los hijos, a veces con exceso de consentimiento. Potencia la autonomía de nuestros hijos», ha asegurado.
Aún así, Salido ha destacado que «es muy importante dar información a las familias» para que sepan qué se va a hacer durante el viaje, dónde van a estar o con quiénes van a ir.
El presidente de CEAPA ha advertido también que los padres «no deben transmitir sus miedos a sus hijos». «Es difícil no hacerlo pero tenemos que conseguirlo porque les limita mucho a la hora de disfrutar y aprovechar de actividades que pueden ser positivas y beneficiosas para ellos», ha expresado.
LA CUESTIÓN ECONÓMICA
En todo caso, ha indicado que, al haber «una cuestión económica de por medio» a menudo algunas familias «se escudan en otros razonamientos cuando realmente es un problema económico».
Por ello, ha puesto el acento, por un lado, en que la posibilidad de acceder a estos viajes «ha de llegar al máximo posible del alumnado», para lo que es necesario «conseguir siempre los precios más asequibles posibles». «Es fundamental», ha subrayado.
De todos modos, aunque ha señalado que «ahora es más sencillo viajar a Europa» porque «no resulta tan caro», en ocasiones los centros planifican los viajes de modo que «no resultan económicos». «Por ejemplo, si van a Italia en barco aprovechan para hacer un crucero», ha explicado.
También ha señalado el sistema de selección de los alumnos para realizar el intercambio en función de sus notas, que emplean algunos centros. «No nos parece que sea la mejor forma de seleccionar –ha señalado– la oportunidad tiene que llegar a todos los alumnos posibles independientemente de sus notas o de sus posibilidades económicas».
En este sentido, ha destacado los intercambios con otras regiones de España como una opción más económica e igualmente formativa que «no hay que despreciar». Aún así, en el caso de estos intercambios, ha señalado que «hay que evitar transmitir el mensaje de que como no hay dinero, el intercambio es en España».
«A veces somos los adultos somos escépticos y los chicos nos escuchan –ha indicado– Si, en cambio, les decimos que es importante y que, independientemente de la economía, es bueno conocer España y hacer intercambios dentro del país, lo entenderán. No hay que ser derrotistas.»