Según el Observatorio del Clima Emprendedor que desde hace unos años publica la Fundación Iniciador, el perfil del emprendedor responde al de un varón de 37 años que tiene una empresa de entre 0 a 5 empleados. El estudio GEM coincide con este perfil y lo concreta más. El emprendedor español sería un varón de 38 años con estudios secundarios y un nivel de renta situado en el tercio superior de la población. Además, vive en un entorno urbano, probablemente en Cataluña, Andalucía o Asturias y ha invertido 5.000 euros en su negocio de autoempleo dentro del sector del consumo. De la inversión, el 60% habrá salido de su bolsillo y el otro 40% de su entorno cercano.
Este emprendedor ‘tipo’ se habrá formado en la cultura emprendedora, aunque el informe Global Entrepreneurship Monitor (GEM) realizado para España – la principal referencia a nivel europeo en esta clase de estudios – destaca que el principal obstáculo con el que se encuentra el emprendedor español vienen de su propia falta de formación emprendedora, seguido de la escasez de financiación y de la falta de políticas específicas que apoyen la tarea emprendedora.
La ausencia de esa formación emprendedora y de una cultura propicia en este sentido, más que obstaculizar la constitución de la empresa, lo que dificulta es la detección de oportunidades, sobre todo cuando acucia la necesidad en tiempos de crisis. Así, sólo el 20% de los emprendedores en 2012 tiene una alta percepción de que existen oportunidades en el mercado, frente al 45% que lo pensaba en 2006. Los expertos consideran que en España hay más oportunidades que personas preparadas para encontrarlas.
Sectores que presentan más oportunidades
Entre los sectores que hoy en día pueden ser una oportunidad para los españoles, Fernando López, director general de Ondarea y asesor de emprendedores considera que hay dos que presentan unas buenas perspectivas de cara al futuro: la innovación tecnológica y el sector del antienvejecimiento. “La gente se está haciendo mayor pero tiene que seguir trabajando. Todo lo que produzca energía, nutrientes, vitaminas, comida sana, atención a los mayores, será un buen negocio. La edad media de la población mundial es hoy de sesenta años y sigue subiendo, de modo que hay que atender a ese perfil creciente de consumidor. Habrá que tener en cuenta que nos encontraremos con un estado de bienestar debilitado y una población mayor con un poder adquisitivo limitado, por lo que habrá que encontrar soluciones imaginativas e innovadoras en este campo”, asegura.
Para el profesor de Economía de Empresa del CEU, Manuel Casal Pita, los sectores que a corto y medio plazo marcarán la pauta de la economía son las nuevas tecnologías, la sostenibilidad y todo lo vinculado con el medio ambiente y los productos ecológicos, la tercera edad, el low cost y el turismo. “En el caso del turismo, además de la hostelería y la gastronomía, que nunca dejarán de estar en auge en España. Habrá que encontrar otros valores añadidos para el turista que no se limita a buscar sol y que tendrá que ver con el turismo histórico o cultural, el turismo rural y de interior o a lugares más inaccesibles o remotos”, explica el profesor Casal.
En el ámbito de los negocios con menos amplitud de crecimiento y una capacidad de permanencia en el tiempo más incierta, pero que están experimentado un verdadero auge en la actualidad el profesor del CEU sitúa también el hogar y la decoración, el diseño en todas sus variantes, la moda, los complementos y los servicios de reparación tanto talleres de automóviles como electrodomésticos.
En ese sentido coincide también el director del Centro de Iniciativas Emprendedoras de la Universidad Autónoma de Madrid (CIADE), Isidro de Pablo, que considera que todo lo que tenga que ver con la prolongación de la vida útil de los objetos y la tecnología, desde la segunda mano a la reparación en general, tendrá unas buenas perspectivas de mantenerse y crecer a medio plazo. Isidro de Pablo destaca también el sector asistencial, sobre todo el dedicado a las personas mayores, aunque ve en este sentido un obstáculo a su crecimiento en la abundante economía sumergida que hay en el sector.
El director de CIADE destaca también como buenas oportunidades de negocio, además de la innovación tecnológica, todo lo que tenga que ver con la estética y el cuidado personal, desde salud a cosmética pasando por centros de belleza o gimnasios y sobre todo, el modelo low cost. “Desde la frutería a los muebles, pasando por los viajes o la moda, el low cost se está imponiendo como modelo a largo plazo. Además, tiene la particularidad de que está siendo aceptado incluso por las personas con niveles adquisitivos altos”, concluye.