En esta dura crisis que ya supera los cinco años de duración, las aseguradoras que operan en España han dado un buen ejemplo de solvencia y seriedad. Están bien gestionadas y, sobre todo, bien supervisadas. Suyos son los seguros de ahorro, unos productos que el año pasado han incrementado más de un 20% el patrimonio gestionado.
A diferencia de los depósitos bancarios, no hay riesgo de una tasa ni de una quita. En su contra está que son productos menos transparentes que los fondos porque no dan una información tan exhaustiva como estos últimos sobre la composición de su cartera y, además, no se puede recuperar la inversión durante el período de permanencia. Sin embargo, los fondos tienen liquidez diaria.