Si se cruza con ellos, no sabrá quienes son, porque la identidad y currículum, de los llamados ‘hombres de negro’, es hasta ahora confidencial, como señalan desde Washington DC los portavoces de la organización. Probablemente, no irán vestidos de negro. La directora del FMI, Christine Lagarde, bromeaba la semana pasada en Tokio sobre su apelativo: ‘nos llaman los hombres de negro, pero yo voy vestida de blanco’. Ni siquiera la agenda de las reuniones que mantendrán, hasta el 26 de octubre, cuando termine su misión, es pública. Lo que sí es seguro es que este “grupo de 5 ó 6 personas”, como admiten en el FMI, pertenece a la élite del funcionariado internacional; están más que preparados en términos académicos y profesionales, y sus sueldos se acordan a ello.
El sueldo mínimo que cobran los empleados de esta Organización Internacional para la que trabajan unas 2.600 personas es de 50.000 dólares anuales (38.6328 euros) eso, para un puesto de asistente, recién llegado y con escasa experiencia laboral; es el nivel inmediatamente superior al de un becario, con un salario que puede llegar a ser de 33.2164 euros anuales. Si hablamos de un profesional, con un doctorado, y años de experiencia, su sueldo puede partir desde los 54.000 euros anuales a los 147.000, de los grandes directores.
En total, el FMI tiene catorce categorías profesionales, hasta llegar a la cúpula. La máxima responsable de la organización, Christine Lagarde, cobra un salario anual de 371.904 euros. Y eso, sin impuestos, porque en su calidad de funcionarios internacionales , los trabajadores del FMI tienen una categoría especial para las agencias tributarias.
Al igual que los trabajadores de la ONU, no pagan impuestos en su país de origen, gozan de seguro médico y seguro de vida; además de un viaje pagado a su país de origen, con familia, cada dos años. Ventajas con el objeto de atraer a cabezas muy preparadas. “Los altos cargos son de nombramiento político, pero los técnicos (economistas) pueden llegar bien a través de programas de beca, si no tienen mucha experiencia laboral, bien por curriculum. En ese caso deben dominar el inglés, se valora mucho el diploma en una Universidad de prestigio estadounidense, así como la experiencia en el Banco Central de su país”, asegura a Teinteresa un economista y profesor, curtido en los procesos de selección de estas organizaciones.
Así as exigencias son duras, no todos tienen acceso a este templo de las finanzas mundiales, pero las compensaciones para los elegidos son más que interesantes. Eso, a juzgar por las miles de candidaturas, que desde todas partes del mundo, llegan cada año a la sede del FMI, en Washington DC. Miles, para cubrir, una media de 200 puestos de trabajo.
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