No obstante, fuentes del sector financiero indicaron a Europa Press que desde Fráncfort se sigue con atención la evolución del caso que afecta a BBVA y se confía en que pueda resolverse «de manera rápida y eficaz».
En su labor como supervisor, el BCE mantiene una comunicación constante con las entidades bajo su alcance, indicaron por otro lado fuentes bancarias.
Tras las deficiencias detectadas durante la crisis financiera en el funcionamiento y composición de los órganos rectores de las entidades, el BCE en su faceta como supervisor, asumida en noviembre de 2014, actúa también como controlador en materia de gobernanza y adecuación de los miembros de los equipos gestores de los bancos sistémicos.
De este modo, el BCE se encarga de evaluar la idoneidad de los nombramientos de directivos en las entidades bajo su vigilancia aplicando distintos criterios, incluyendo la experiencia y reputación de los candidatos, así como los potenciales conflictos de intereses.
Según refleja la guía sobre los procesos de evaluación actualizada el pasado mes de mayo por el BCE, las evaluaciones de idoneidad afectan a los miembros de órganos de dirección, tanto en la función ejecutiva como de supervisión de todas las entidades sujetas a la supervisión directa del BCE, ya sean entidades de crédito o sociedades financieras (mixtas) de cartera.