Los líderes europeos certificaron su respaldo al plan de inversiones de hasta 315.000 millones de euros que pretende impulsar la economía de la Unión Europea (UE) para apartarla del estancamiento actual.
«Hemos hecho un llamamiento a favor del establecimiento urgente del Fondo Europeo de Inversiones Estratégicas«, dijo el nuevo presidente del Consejo Europeo, el polaco Donald Tusk, en referencia al núcleo duro del conocido como «plan Juncker».
Este plan, impulsado por el presidente de la Comisión Europea, Jean-Claude Juncker, pretende insuflar oxígeno a la economía europea apuntando directamente a la falta de inversión que padecen los Veintiocho desde el inicio de la crisis. Es la fórmula pensada para crear crecimiento y empleo.
El fondo estará dotado con una garantía de 16.000 millones a cargo del presupuesto comunitario -aprovisionados solo con 8.000 millones en especie- y otros 5.000 millones a cargo del Banco Europeo de Inversiones (BEI), así como con las aportaciones directas de los países que deseen participar en él.
Las aportaciones no computarán como déficit
Los Veintiocho renovaron su «compromiso para intensificar las reformas estructurales y continuar los esfuerzos para asegurar unas finanzas públicas equilibradas», dijo Tusk, dos pilares que con el estímulo de las inversiones «forman nuestra estrategia para acelerar la recuperación» económica, apuntó.
En concreto, los líderes añadieron a última hora a las conclusiones del encuentro una línea en la que subrayan que las inversiones del «plan Juncker» se desarrollarán de acuerdo a la flexibilidad del Pacto de Estabilidad y Crecimiento de la Unión, es decir, sin salirse del mismo.
Esto, en una traducción simplificada del tradicional lenguaje comunitario, cierra la puerta a que las inversiones que los países hagan en proyectos concretos, queden exentas del cómputo del déficit y la deuda -pero no a las aportaciones al fondo-, confirmaron a Efe fuentes europeas.
El BCE respalda el «plan Juncker»
«El Banco Central Europeo (BCE) da una fuerte bienvenida a este plan que puede contribuir a aumentar la confianza en la zona del euro», aseguró por su parte el presidente, Mario Draghi, momentos después del espaldarazo de los líderes.
Sin embargo, Draghi advirtió que para que sea «efectivo», el plan tiene que ser puesto en marcha «con velocidad» -está previsto que esté operativo a mediados de 2015-, además de centrarse en invertir en proyectos con una rentabilidad «de lo más alta».
Además, el economista italiano volvió a insistir en el mensaje que lleva meses dirigiendo a los Estados miembros: que no deben dejar la recuperación en manos de otros, como el propio BCE o, en este caso, las instituciones comunitarias. El plan «debe ser una oportunidad para un nuevo empuje renovado a las reformas estructurales», subrayó Draghi.
El presidente del Parlamento Europeo, Martin Schulz, coincidió en señalar la importancia de que los países reaccionen ahora para «mandar una amplia señal que muestre confianza».
Schulz apuntó también a una de las cuestiones que más interés suscita entre los Estados miembros: la posibilidad de que las contribuciones que hagan al fondo de inversiones no computen como déficit a la hora de evaluar su cumplimiento del PEC, que exige que el desvío se mantenga por debajo del 3%, así como una deuda menor del 60% del producto interior bruto.
España y Francia aportarán capital
España ya anunció su interés en aportar capital al fondo, sin mencionar una cifra concreta, pero advirtió de que la decisión final dependerá de las «condiciones» que se establezcan.
El presidente de Gobierno español, Mariano Rajoy, explicó que España esperará a presentar sus proyectos definitivos susceptibles de beneficiarse del denominado «plan Juncker» hasta conocer antes el reglamento del mismo, al tiempo que subrayó que la intención es que ese proceso concluya en junio.
El presidente galo, François Hollande, también manifestó su intención de «apoyar este plan de inversión europea, con inversiones y aportando financiación«, con especial hincapié en cuestiones como la energía y la lucha contra el cambio climático.
Por su parte, el «premier» británico, David Cameron, mostró su respaldo al plan, a la vez que ha recordado que la UE necesita también «acuerdos comerciales de cara a abrir mercados para nuestros inversores, exportadores y empresas».
Tiempo hasta junio
Rajoy explicó que España esperará a presentar sus proyectos definitivos susceptibles de beneficiarse del denominado «plan Juncker» hasta conocer antes el reglamento del mismo, y precisó que la intención es que ese proceso concluya en junio.
Subrayó que la Comisión Europea debe aprobar un proyecto de reglamento en enero y que será a la vista del mismo cuando España decidirá que proyectos presenta.
En principio, la intención es que sean iniciativas que beneficien no sólo a un país, que los proyectos tengan un retorno y que cuenten con financiación pública pero, sobre todo, privada. «Es un proceso que se inicia formalmente ahora y que se terminará en junio», ha reiterado Rajoy.