Barack Obama era el candidato de los europeos. Un sondeo publicado por la empresa británica YouGov, establecía que el 90% de los europeos votaría por Obama si tuviera derecho a voto. Obama no sólo era el candidato de los ciudadanos de a pié. En España, el Gobierno, y el PP no se pronunciaron durante la campaña, pero una vez conocidos los resultados el ministro de Exteriores, José Manuel García Margallo, ha admitido que “ha ganado nuestro candidato”.
Obama siempre tuvo una ‘cara más amable’ de cara a la crisis de la deuda en Europa. Tanto Obama como Romney utilizaron el ‘mal ejemplo de España’ como recurso electoral. Obama se refirió a España como un país atrapado en un círculo vicioso que había reaccionado con lentitud a sus problemas, pero también aseguro que es un “país que no se puede dejar caer”. Frente a Obama, Romney se mostró siempre más duro: “nosotros no rescataremos los bancos europeos”, “no quiero que Estados Unidos se convierta en Europa”, ó que los europeos “solucionen la crisis por sus propios medios”.
Las ‘pistas’ que puede dar esta retórica electoral, confirman la opinión de nuestro ministro de Exteriores.
Efectivamente, Romney, es partidario en términos nacionales de un mayor recorte del déficit público. Desde esta posición sería más comprensivo con la política de Berlín. Barack Obama será un presidente más proclive a apoyar a los países periféricos, que como España, “no se pueden dejar caer». De hecho, como señala Alicia Sorroza, en un articulo publicado por el Real Instituto Elcano, “la última etapa de la crisis, que ha puesto en cuestión la supervivencia del euro y que ha coincidido con el inicio de la campaña electoral, ha preocupado mucho al presidente Obama», por haber puesto en riesgo su relección”. El secretario del Tesoro, Timothy Geithner, se ha encontrado en más de una ocasión con responsables económicos europeos y llegó a ofrecer (con escasos resultados) el asesoramiento de Estados Unidos. El propio Obama, aprovechó una Cumbre del G-8, para mantener una conversación con Merkel. El presidente y su equipo nunca han tenido claro que la austeridad a marchas forzadas y a cualquier precio fueran la mejor solución para salir de la crisis del euro. Hace unas semanas, cuando la agencia de calificación Moody’s anunció que, de momento, no rebajaba a ‘bono basura’ la deuda soberana española, algunos quisieron ver la ‘mano’ de Obama detrás.
Más allá de estos matices, con Obama o Romney en la Casa Blanca, a grandes pinceladas la política de Estados Unidos con respecto a Europa no cambiará. Europa, sigue siendo un aliado estratégico de Estados Unidos.
El riesgo del ‘abismo fiscal’
Pero Europa no mira a la Casa Blanca sólo por la crisis del euro. Se aproxima un nuevo peligro para la economía mundial.
Obama no podrá saborear su victoria más allá de unas horas. No habrá ‘luna de miel’ para el reelegido presidente. Tiene que resolver el ‘abismo fiscal’, la entrada en vigor automática, a partir de 2013, de una serie de medidas para conseguir el objetivo de déficit público del 5%. Según la Oficina de Presupuestos del Congreso de Estados Unidos conducirían al país a otra recesión y más paro. Las medidas suponen un aumento de impuestos por valor de 466.807 millones de euros, y 466.807 millones de euros en recortes presupuestarios. Un choque demasiado agresivo para una economía que necesita consolidar su recuperación.
Este paquete de medidas automáticas se acordaron hace un año, entre demócratas y republicanos, por las grandes desavenencias en la Cámara de Representantes, a cambio de permitir que Obama elevara su techo de gasto. Obama deberá ahora intentar un acercamiento a los republicános para suavizar el ‘abismo fiscal’ y retrasar el objetivo de déficit. La tarea será complicada, en su primer discurso, tras conocerse los resultados el presidente electo ya ha dicho que esperaba trabajar junto con Miitt Romney “por el bien del país”. Una frase que va más allá de la floritura retorica.
Como señala Jorge Sicilia, jefe del grupo BBVA Research, el ‘abismo fiscal’ también puede suponer un riesgo para Europa, “lo importante es que de aquí a final de año se llegue a un acuerdo sobre impuestos y gasto público. Que se elimine la incertidumbre, y eso depende de la capacidad del vencedor para lograr acuerdos”.
Obama favorece los depósitos y Romney, la bolsa
De cara ya a los inversores, en lo que sí hay consenso de los expertos es que la elección de Obama favorecerá la renta fija. Como señala Celso Otero García, gestor de fondos de Renta 4 Banco, Romney buscaba reformas que impulsen el crecimiento como la «reducción de impuestos tanto a personas físicas como a empresas, y mantener los impuestos a las ganancias de capital», donde Obama buscaba subirlos. Medidas positivas para la renta variable”, es decir, los valores en bolsa, Wall Street.