En todo el caso, el consejero delegado de la empresa, Andrea Brentan, explicó que la compañía ha podido «discutir» el problema de la insuficiencia tarifaria en el país con las autoridades y considera que se preparan cambios regulatorios «en la buena dirección».
El beneficio bruto de explotación (Ebitda) de Endesa en el país registró una caída del 98% en los nueve primeros meses del año y se situó en 2 millones de euros, en un contexto de caídas del 6% en la generación y de menor producción térmica por paradas programadas.
Brentan señaló que el comité interministerial argentino consituido en agosto ha diseñado los «puntos conceptuales» para la nueva regulación energética y expresó su satisfacción porque el Gobierno ha garantizado que «no habrá nacionalización» y porque las reformas reconocerán los costes de la actividad eléctrica. «La nueva regulación necesita tiempo», afirmó.
La eléctrica ya ha indicó a mediados de año que no apreciaba riesgos de expropiación en Argentina, a pesar de la nacionalización por parte del Gobierno de Cristina Fernández de Kirchner de un 51% de la filial de Repsol en el país, YPF.
Endesa, que tiene 2,3 millones de clientes en Buenos Aires y unos 4.500 megavatios (MW) de capacidad instalada en Argentina, considera que su exposición al país es limitada y cifra en unos 130 millones el riesgo total en el país.