Internet lo está cambiando todo, también, la forma que tenemos de comprar. Mientras las cifras de comercio digital se disparan, los compradores son más exigentes y combinan digital con físico.
La facturación de las compras de productos y servicios online alcanzó el año pasado los 12.731 millones de euros y se prevé que estas Navidades, los españoles se gasten 3.254 millones de euros en compras a través de Internet.
Pero a pesar de los grandes beneficios que aporta el comercio electrónico, las tendencias de consumo apuntan a que no sustituirá a las compras en tienda física, simplemente se complementan el uno al otro. De ahí la necesidad de apostar por la omnicanalidad y la “tienda mixta”.
El consumidor está mucho más informado, y cuando va a comprar no quiere un producto cualquiera, sino el producto que ya ha elegido en base a su investigación. Según la empresa española Vector ITC Group, podríamos encontrar una clasificación de consumidores según sus hábitos:
-Cliente ROPO (Research Online, Purchases Offline), que investiga online pero compra en tiendas física. De momento, el 75% de los usuarios son ROPO, mira primero los artículos en la web antes de comprar en la tienda física, según Vector ITC Group.
-Cliente Showroomer, que investiga en las tiendas físicas, y después compra lo más económico posible on-line.
–Cliente RTB (Research, Testing and Buying), que investiga on-line, testea en tiendas físicas y compra on-line.
Estas tipologías pueden llegar a ser mixtas, y un consumidor puede pasar de una modalidad a otra en función de la época del año o del producto o servicio que quiera adquirir.
Así el canal online ya no tiene como objetivo únicamente convertir en la red, si no que desarrolla una labor de visibilidad, haciendo de escaparate interactivo de los productos y servicios para que el consumidor investigue y elija.
Entre los ejemplos, encontraríamos a Leroy Merlín, por el 75% de los clientes que compran en sus tiendas examinan primero los artículos en la web o a través del móvil.
La tienda mixta consiste en generar sinergias entre tienda física y online: reconociendo al cliente al entrar en la tienda física, o enviándole ofertas personalizadas al smartphone mediante herramientas de geolocalización, ofreciéndole catálogos de productos virtuales que muestren su popularidad en la red o la opción de poder compartirlo en redes sociales.
Además, establecería mayor seguridad y confianza para el consumidor a la hora de comprar por Internet porque el miedo desaparece si existe una tienda física que respalda el proceso de compra online.