La euforia bursátil de Europa se convierte en contención al otro lado del Atlántico. Mientras en la zona euro las bolsas alemana, francesa, italiana, portuguesa o española se abonan a las ganancias de doble dígito, en Wall Street los índices Dow Jones y S&P 500 firman tablas en los tres primeros meses del año y sólo el Nasdaq brilla con luz propia con una subida superior al 3% y firmando máximos –en el caso del Nasdaq 500- de los últimos 15 años.
¿Cómo se explica esta divergencia? La clave está en el temor de los inversores a una subida de los tipos de interés en la primera economía del mundo que podría llegar tan pronto como el próximo mes de junio. El pasado viernes, la presidenta de la Reserva Federal, Janet Yellen volvió a preparar al mercado con un mensaje más claro que otras veces: el precio del dinero subirá durante el año, antes incluso de que la inflación y los salarios vuelvan a niveles que calificó como saludables.
Por lo tanto, sobre el mercado pesado pesa cada vez más el temor a la primera subida de tipos desde el nivel de cerca del 0% en el que se mantienen desde diciembre de 2008. La clave estará en el ritmo de la subida. Yellen que cree que sería poco probable que un alza modesta de los tipos frenara el crecimiento del empleo, en un momento en el que los mercados laborales evolucionan positivamente.
El gran dilema de Yellen es hasta dónde puede subir los tipos sin dañar el proceso de recuperación económica de Estados Unidos. Sin embargo, la presión de quienes creen que ha llegado el momento de cambiar el rumbo de la política monetario crecen. Sus argumentos es que un retraso en la decisión puede alimentar burbujas especulativas en los mercados y podría reavivar la inflación.
En su último comunicado oficial, la Reserva Federal decidió retirar la palara “paciente” habitual en su discurso a la hora de referirse a la política monetaria del país. No obstante, la presidenta de la autoridad monetaria estadounidense, Yanet Yellen, aseguró que la decisión no quería decir que la Fed tuviera mucha prisa en empezar a subir el precio del dinero. Los mercados reaccionaron con alegría y el euro subió con fuerza frente al dólar.
Fue una reacción efímera de la moneda única europea, porque en las últimas jornadas ha vuelto a perder pie contra el dólar. Ahora, la debilidad del billete verde se ha convertido en una amenaza para las cuentas de resultados de las grandes multinacionales estadounidenses. Los analistas ya ha rebajado las estimaciones de resultados de una legión de compañías.
Desde que empezó el año el euro, que se cambia a 1,07 dólares, acumula una caída del 11% frente al dólar. Es el mayor descenso en un trimestre de toda la serie histórica. Pero las subidas del dólar se extienden al resto de las divisas, con una revalorización media que está a un paso del 10% respecto al resto de las principales divisas mundiales.