El entusiasmo sobre un acuerdo inminente entre Grecia y sus acreedores, de momento únicamente se nota en el lado heleno. Atenas ya ha anunciado que es muy posible que el domingo concluya todo positivamente, pero en Bruselas y Washington no lo dan todavía por hecho.
Ni mucho menos, porque una salida de Grecia de la zona euro es «una posibilidad», ha llegado a decir Christine Lagarde, directora gerente del Fondo Monetario Internacional (FMI), en una entrevista al diario Frankfurter Allgemeine Zeitung.
Esa salida «no sería un paseo» para el resto de socios de la moneda única pero «probablemente no será el fin del euro», añadió.
Así, las relaciones entre el FMI y el gobierno griego de coalición dominado por la izquierda se ha envenenado en los últimos días.
«Es muy improbable que lleguemos a una solución global en los próximos días» advirtió Lagarde, con lo que añaió un nuevo desmentido a las declaraciones de Atenas en el sentido de que se perfilaba un acuerdo.
El gobierno de Alexis Tsipras negocia desde finales de febrero con el Fondo, el Banco Central Europeo (BCE) y la Comisión Europea para obtener un nuevo tramo de ayuda de 7.200 millones de euros. Pero la exigencia de reformas por parte de esas instituciones y de los países socios del euro tropieza con grandes obstáculos.
Es mismo miércoles Atenas anunció unilateralmente que sus equipos técnicos y los de sus acreedores comenzaban a redactar un borrador de acuerdo. «Se han dado grandes pasos, estamos cerca de un acuerdo», aseguró el primer ministro Alexis Tsipras, en la capital griega.
Estas declaraciones fueron rápidamente contradichas por las demás partes, en especial el ministro alemán de Finanzas, Wolfgang Schäuble.
«Siempre me sorprendo cuando desde Atenas se nos dice que estamos cerca de un acuerdo», afirmó a la televisión alemana desde Dresde (este de Alemania) donde preside la reunión de ministros del G7.
«En las últimas semanas hemos tenido nuevos desencuentros», admitió Lagarde. «Tenemos reglas, principios», añadió, según la entrevista.
Uno de esos principios, recordó la jefa del FMI, es que «cualquier país que no honra sus compromisos es declarado en default y no tiene acceso a la financiación» de la institución.
Hasta ahora la presidenta del FMI no había hablado de la posibilidad de una salida de Atenas de la moneda única europea.
Más suave, el comisario europeo de Asuntos Económicos, Pierre Moscovici, estimó el jueves que un acuerdo con Grecia es «posible» pero, contrariamente a lo que afirma Atenas, «no es cierto decir que se han hecho las tres cuartas partes del camino».
«Queda mucho trabajo por hacer» comentó el comisario francés a la radio France Culture, desde Dresde (Alemania), donde asiste a una reunión del G7 Finanzas. «Empezamos a ver proyectos de reformas [en Grecia] que tienen consistencia» precisó sin embargo Moscovici.