Muchos analistas han interpretado la amenaza de Bruselas de exportar el modelo chipriota a otros países con problemas como un intento de dinamizar el trasvase de liquidez desde los depósitos hasta los activos de riesgo. Está por ver que los inversores más conservadores estén dispuestos a dar el salto a la vista del muy dispar comportamiento de las bolsas en el primer trimestre.
La española, con una caída del 3%, ha sido la gran decepción, tocada por la crisis política italiana, el rescate chipriota, los escándalos de corrupción y los problemas para reducir el déficit público. Nada que ver con lo que ocurre al otro lado del Atlántico. Las bolsas estadounidenses suben hasta máximos históricos impulsadas por la decidida apuesta de la Reserva Federal de inyectar dinero al sistema. Son muchos los analistas que advierten que está gran subida no es sostenible.