Todas las tradiciones forman parte de la agenda del 14 de julio en Francia. El país celebra su día nacional que recuerda la toma de la Bastilla de 1789. Esta vez, el desfile militar que recorre los Campos Elíseos rememorará también el centenario de la Primera Guerra Mundial. Además, el presidente galo, François Hollande, aprovechará otra tradición, la de la entrevista televisada para intentar ‘reconquistar’ a la opinión pública.
Según publica el diario Le Figaro, el presidente desea volver a explicar la dirección de sus políticas y la agenda que marca su mandato. Así, después de los recortes de 2014, el próximo año será el de las reformas “que afectan a la vida cotidiana de los franceses: salud, vejez, cultura, comunicación y transición energética. Un año después será el de las reformas institucionales”, adelanta el diario.
El presidente se mantiene en una cota muy baja de popularidad. Una encuesta publicada ayer por el diario Le Parisien, mantiene que el 71% de los franceses cree que en 2007 la situación será peor que ahora.
Según el sondeo, la cota de aceptación de Hollande es del 24 %, tres puntos por debajo de una encuesta similar publicada a principios de año. Así, el 51 % considera que Hollande es «simpático» y el 42 % le define como «cercano a la gente», pero solo el 31 % le describe como «valiente», aún menos (26 %) le califica como «competente» y solo el 20 % cree que el presidente sabe «dónde va».
Según recuerda Le Figaro, los “resultados” tampoco están del lado de Hollande. Hace un año, en su intervención del 14 de julio aseguró que “la recuperación está aquí. Un año despué, nada”, concluye el artículo.
Otra encuesta, pulicada en el mes de mayo, refleja que en dos años, Hollande ha perdido un tercio de sus electores. Un 35 % de los encuestados que declararon haber votado el 6 de mayo de 2012 por Hollande aseguraron que no harían la misma elección, y, de ellos, un 16 % se mostraron «absolutamente» seguros de esa negativa.