Queda una semana para que se produzca el encuentro entre el presidente del Gobierno, Mariano Rajoy, y el presidente de la Generalitat, Artur Mas. Coincidencia o no, Hacienda ha publicado las balanzas fiscales elaboradas por los tres expertos designados por el ministro Cristóbal Montoro. El único precedente que existe de un ejercicio similar por parte de la Administración Central, se produjo en 2008 y con datos referidos al ejercicio 2005.
La balanza fiscal pretende medir los ingresos y los gastos de la Administración Central en una Comunidad Autónoma. Si hay más ingresos que gasto en un territorio se habla de déficit fiscal. Si hay más gastos que ingresos, se califica como superávit fiscal. “Sirve para detectar cualquier anomalía en la distribución del gasto público o en el soporte de la carga fiscal”, asegura Ana Herrero Alcalde, del departamento de Economía Aplicada y Gestión Pública de la UNED .
Con el estudio de hoy se atiende una petición que han realizado varias Comunidades Autónomas, desde Cataluña a Madrid o Extremadura. Unos y otros creen necesitar esos cálculos para demostrar un “trato injusto” en el reparto de impuestos y gasto, y apoyar así su demanda de una reforma del sistema.
Pero los resultados de hoy no ponen ni mucho menos un punto y aparte a las discusiones porque, hace un mes, Cataluña publicó su propia versión de la balanza fiscal. Las cifras que presentan unos y otros no son las mismas.
Hacienda y la Generalitat no coinciden ni con el mismo método de cálculo
Los expertos de Hacienda, con datos de 2011, sitúan el déficit fiscal de Cataluña en 8.400 millones de euros, mientras que la Generalitat de Cataluña aseguró en junio que el déficit fiscal ascendía a 11.000 millones. Es una diferencia del 25%. “Dejaremos que los técnicos investiguen sobre la discrepancia del 25 % entre el cálculo estatal y el efectuado por los expertos catalanes”, ha asegurado el conseller de Economía, Andreu Mas-Colell.
“Hay dos métodos académicos de cálculo, además del de ‘carga-beneficio’ (el empleado por los expertos de Hacienda) existe el de ‘flujo monetario’. A nosotros nos acusaban de dar más relevancia a este último, pero la Generalitat a diferencia de lo que ha hecho el Gobierno Central, ha publicado los dos métodos”, ha afirmado Mas-Collel.
El propio Artur Mas, ha calificado como “sospechoso” que sólo se haya usado un método de cálculo y cree que responde a un “interés puramente político”. Por el método de ‘flujo monetario’, Cataluña presentaría un déficit fiscal que ascendería a 15.006 millones.
Diferencia entre los dos métodos
El debate de las balanzas fiscales no concluye porque existen dos métodos académicos y ambos son igualmente válidos y reconocidos. Como explica Herrero, “Se trata de dos metodologías distintas porque tratan de responder a preguntas distintas. El método de la carga-beneficio intenta responder a la pregunta de cuántos impuestos soportan los ciudadanos de un territorio y cuántos servicios presta la administración central a esos ciudadanos de ese territorio. Trata de ver si la distribución territorial de los esfuerzos y de los beneficios que provienen del sector público central está repartida de una forma más o menos equitativa”, explica la profesora.
El enfoque del flujo monetario, se tienen en cuenta únicamente los gastos realizados por la Administración Central en ese territorio. «Lo que pretende es analizar el impacto macroeconómico que puede tener sobre la economía regional el presupuesto del Gobierno central”, aclara.
Así una balanza fiscal según el método de la ‘carga de beneficio’, refleja cuántos impuestos se pagan y cuántos beneficios se prestan. El método del flujo monetario, analiza el impacto macroeconómico sobre la economía.
“Como trata de contestar a preguntas distintas utiliza criterios diferentes. Cuando se analiza las conclusiones son diferentes. Son distintas perspectivas porque tratan de responder a distintas preguntas”, recalca.
De momento, la única evidencia es que en el ‘método carga-beneficio’, los números difieren en unos tres mil millones entre el ejercicio de los expertos de Hacienda y los de la Generalitat. Los expertos del Gobierno, defienden que el método elegido es el más adecuado porque “permite un análisis más rico” y “hace posible valorar sus distintos componentes con los criterios que resulten más apropiados en cada caso”.