De una tacada, una cotizada como Deoleo y un grupo de aviación privada como Gestair han caído en manos de los fondos de capital riesgo. Dos empresas en apuros han sido adquiridas por el private equity, que desde ya va aplicar la vieja táctica de hacer sudar a las empresas para sacarles todo el juego posible y, cuando el trabajo esté hecho, venderlas al mejor postor.
En ambos casos lo más llamativo está en el precio. Según fuentes cercanas a la operación, Nazca se ha quedado con Gestair a un precio simbólico. A cambio, asume la deuda, con fuerte quita de por medio. Como tantos otros buenos empresarios, su hasta ahora dueño Jesús Macarrón cometió el error de apalancarse con fuerza justo antes del comienzo de la gran crisis que lo hizo prescindible.
Lo de Deoleo es otra historia. Ha sido adquirida por el gigante del capital riesgo CVC a 0,38 euros, por debajo del precio de mercado de la compañía aceitera, que el Estado ha convertido en un elemento estratégico. La Sepi entrará en el capital en una futura ampliación de capital, al mismo precio que el private equity.
La operación, teledirigida con el único objetivo de eliminar de la competición al Estado italiano, ha convencido a algunos y a otros no tanto. Los 15.000 accionistas minoritarios del grupo no tienen demasiadas razones para estar contentos: el valor ha cotizado a una media de 0,44 euros los últimos seis meses. Pero los tiempos han cambiado definifivamente. Sólo hay compradores a precios de saldo. Incluido papá Estado.