Las expectativas de una actuación contundente del BCE para dinamizar la economía europea plasmadas por Mario Draghi en Jackson Hole están provocando fuertes subidas en las bolsas e importantes descensos en las rentabilidades de los bonos –inversas a los precios- en este tramo final del mes de agosto.
Todos los ojos están puestos en la reunión de septiembre de la máxima autoridad monetaria europea, de la que los mercados esperan mucho. Tanto que los inversores están pasando algunos malos datos, como el IFO alemán publicado este lunes, que ha retrocedido por cuarto mes consecutivo.
Es lo que los analistas de Bankinter definen como un “escenario gana-gana: con datos macro débiles el mercado descuenta una política monetaria más acomodaticia, especialmente por parte del BCE». En esta situación, el Ibex prosigue su escalada y se afianza por encima de los 10.700 puntos.
Para la bolsa española, ya ha quedado atrás la dura primera semana de agosto en la que las acciones pagaron muy caro las tensiones geopolíticas provocadas por la crisis de Ucrania y la debilidad macro europea. Ahora, el Ibex se encuentra alrededor de 400 puntos por encima de los niveles máximos del año de junio. Un proceso que sigue la rentabilidad de los bonos españoles.
El rendimiento de los bonos españoles a 10 años sigue cayendo con fuerza y ya se sitúa en el nivel del 2,17%, alcanzando día a día mínimos históricos. “Deberíamos seguir viendo niveles mínimos en rentabilidad en la periferia europea (incluso en la deuda portuguesa, ahora que la crisis del BES parece solucionada)”, aseguran los analistas de Ahorro Corporación.
Por su parte, la prima de riesgo cae por debajo de los 123 puntos y sigue abaratando el coste de emisión de España, que ha colocado este martes letras a tres y nueve meses sin coste para las arcas del Estado. A la espera del dato de inflación europeo que se publica este viernes, la moneda única sigue bajando frente al dólar y ya se sitúa por debajo de 1,32 frente al billete verde.