El sistema financiero español ha pasado el último aprobado, y la economía crece, a pesar de registrar una ligera ralentización. Toca volver la vista hacia el camino que deberá tomar España a medio y largo plazo. Así lo creen desde la APD que bajo el titulo “Reindustrializar para ganar” lanzan el debate. La recuperación de “raíces vigorosas” de la que habla Rajoy, no podrá ser si la industria no gana peso en la economía.
Se trata de subirse al tren de la próxima revolución industrial, la cuarta, pero compatibilizando lo más puntero con la industria básica. “Estados Unidos creó el consorcio de liderazgo en fabricación inteligente hace años. Alemania también ha impulsado el proyecto Industria 4.0”, recuerda Rafael Miranda Robredo, presidente de APD y presidente de Acerinox.
“Europa no puede competir en el terreno chino, estamos obligados a sumarnos (…) El peso de la industria en el PIB español ha pasado de ser del 34% al 13%”. Ningún país ha conseguido impulsar su crecimiento sin un plan de industrialización o reindustrialización.
Lo que necesita España para reindustrializarse pasa por diversificar los canales de financiación, aumentar el tamaño de empresas, y abaratar energía. También:
-Mejorar en la opinión pública. “Es importante que generemos una opinión pública positiva”, reivindica Fernando Querejeta San Sebastián, presidente de zona norte APD y presidente de IDOM. “La consideración social de la Industria. Los errores y excesos del pasado han generado un rechazo a la implantación de nuevas fábricas. La imagen es todavía la del siglo XX: contaminante y alienante para los que trabajan en ella”, explica.
-Contar con el sistema educativo. “En Euskadi el 70% de las vacantes de Formación Profesional en industria, quedan vacantes”, aclara Querejeta.
– Mantener las empresas ya creadas, “no caer en esfuerzos de todo tipo para atraer nuevas inversiones industriales mientras cerramos lo que ya está en marcha”, señalan desde APD.
–Impulsar el desarrollo de la política energética. Javier Sáenz de Jubera, consejero director general de EDP España, recalca que el precio de la energía en España es caro y eso frena la industria. “Hay industria que se marcha porque en otros países les ofrecen precios más competitivos”.
Según ha explicado Jubera, uno de los factores por los que la “electricidad es más cara” es por los costes regulados. El debate no es nuevo. Hace un año, empresarios de Pymes vascas pedían una reducción de los costes energéticos. Es un factor que incide directamente en la competitividad de un país. Tanto como los costes laborales.
Por su parte, el ministro de Industria y Energía, José Manuel Soria, ha afirmado en el mismo foro de APD que “España es un país que importa el 99,8% de los hidrocarburos que consumimos. Supone una factura de 37.000 millones de euros anuales.
– Aumentar el tamaño de las empresas. “El tamaño sí importa para ser productivos y realizar procesos productivos de exportación (..) Con una media de 5 empleados no se puede tampoco innovar”, ha afirmado Elena Pisonero, presidenta de Hispasat. En nuestro país hay una dualidad: unas pocas grandes empresas que exportan y un amplio número de empresas pequeñas. Las grandes empresas representan el 0,1% del tejido industrial y las medianas, el 0,7%. En Alemania el número de ese tipo de empresas es cuatro veces superior. En España, el 95,8% de las empresas tienen menos de diez empleados.
-Diversificar la financiación. En España la empresa es “patológicamente dependiente de la financiación bancaria”, ha asegurado José Manuel González-Páramo, exmiembro del BCE y presidente del Consejo Asesor Internacional del BBVA. La dependencia bancaria no es sostenible por mucho que las entidades españolas consiguieran aprobar con nota los test de estrés. Por eso, según González-Páramo hay que fijarse en iniciativas como la del ICO, “para compartir riesgos”, la vuelta del protagonismo de un mercado de titulizaciones y el mercado alternativo de renta fija.