Ni en las previsiones más optimistas se encontraba la foto fija que hoy luce el Tesoro español. Produce deuda al nivel más alto de la historia, pero la coloca con la mayor demanda desde que empezó la crisis y a los precios más bajos. El 0,08% y el 0,16% que ha pagado a seis y doce meses, respectivamente, significa que España es hoy un valor refugio para los inversores internacionales.
¿Por qué? A pesar del descenso de las rentabilidades, las de la deuda española están entre las más significativas de Europa. El hecho de que la recuperación económica avance –con un crecimiento del 0,6% en el segundo trimestre, España se sitúa al frente de una zona euro en la que han pinchado Alemania, Francia e Italia- han otorgado al país una imagen de estabilidad que disparado las compras de inversores extranjeros.
Los grandes inversores internacionales han elevado su inversión en deuda española en junio otro 4% hasta los 315.154 millones de euros y han marcado un nuevo máximo. Las nuevas compras –que se cifran en 12.307 millones de euros- hacen que estos inversores tengan en sus manos el 44,7% de toda la deuda en circulación.
El atractivo de la deuda nacional no hace sino crecer en un entorno de estabilidad económica. En la primera mitad del mes de julio, España colocó 1.004 millones de euros en bonos ligados a la inflación a un interés marginal del 1,483%. La demanda superó en 3,7 veces la oferta. Ya en mayo, España se había estrenado en este mercado con la venta de otros 5.000 millones con una demanda de 20.300 millones de euros. Nunca una emisión sindicada de este tipo en Europa había acaparado tanto interés.
Para el dinero internacional, los tipos de la deuda española son muy atractivos en comparación con la de los mercados maduros europeos. La debilidad de los datos macro en Europa en el segundo trimestre del año ha provocado que la rentabilidad del bund alemán haya descendido hasta el mínimo histórico, por debajo por primera vez del 1%. Los inversores han convertido el bono alemán en valor refugio en época de incertidumbre.
Para la deuda española, 2014 está siendo un año de celebración. La caída de la prima de riesgo –hoy se sitúa alrededor de los 145 puntos básicos- se ha convertido en un gran aval para los inversores, que pueden invertir en títulos españoles con red. Aunque el diferencial con Alemania ha repuntado en las últimas semanas desde los alrededor de 120 puntos básicos a los que ha marcado los mínimos del año, sigue a años luz de los más de 600 puntos que lucía cuando el país estaba a un paso de la intervención.
En este escenario, los inversores han ganado mucho dinero con la caída de las rentabilidades de los bonos españoles –inversa a los precios- en los últimos meses. Aunque el rendimiento del bono a 10 años cayó a finales del pasado mes de julio por debajo del nivel del 2,5% no ha provocado una retirada de los inversores, porque las rentabilidades están entre las más altas de la zona euro.