Cameron se enfrenta a un nuevo reto. Si cree que ha acabado al menos durante una generación con el problema escocés, habrá que ver ahora lo que tarda en nacer el problema inglés. No se sabe si será Cameron el que lo lidiará (las elecciones están a la vuelta de la esquina porque ocho meses no son nada), pero si no es así, su sucesor no lo va a tener fácil.
Autonomïa en la gestión del sistema fiscal y sanitario y un proceso de descentralización sin precedentes en el Reino Unido. Eso es lo que ha prometido Cameron a Escocia y nada más salir el no, lo que ha prometido también a Gales e Irlanda del Norte. Inglaterra no ha tardado en decir que ellos también quieren un mayor nivel de competencias. John Redwood, euroescéptico redomado ya ha pedido un parlamento para Inglaterra. Todo apunta a una comisión constitucional que va a convertir a Gran Bretaña en un Estado Federal.
Inglaterra ya ha puesto morros. El poder de Londres es menor que el del resto de las regiones del Reino Unido. Esas regiones influyen en lo que decide Londres, pero Londres influye poco en Gales y menos ahora en Escocia. Y puede llegar a decir basta… a no ser que Inglaterra también reciba su parte.
Cameron también quiere mimar a Inglaterra
Ojo, porque El propio Cameron sabe que le esperan tiempos duros con Inglaterra, por eso ha dedicado su discurso a hablar de ella. Y no de una gran victoria. Qué pasa con la legislación que solo afecta a Inglaterra, o a Inglaterra y Gales, y que se puede acabarse decidiendo en función de los diputados escoceses en Westminster.
Del mismo modo que Escocia votará en el Parlamento escocés sobre sus asuntos fiscales, su gasto y sus políticas sociales, también Inglaterra, así como Gales e Irlanda del Norte, deberían poder votar sobre estas materias», ha recalcado el primer ministro. «Todo esto debe ocurrir en paralelo y al mismo ritmo que la aplicación] de lo acordado con Escocia», ha añadido.
Los diarios más influyentes señalan que la política en Gran Bretaña será desordenada e impredecible
“No hay lugar para la euforia”, asegura el diario Financial Times acerca de la victoria del ‘No’ a la independencia escocesa por un margen del 55% de votos, frente al 45% de partidarios del ‘Sí’. La consulta independentista seguirá por mucho que David Cameron, asegure que “el debate escocés queda zanjado para una generación”. Como señala el Wall Street Journal, “a largo plazo, la consulta del jueves plantea una gran pregunta acerca del gobierno y cohesión del Reino Unido. Para los inversores, la política en Gran Bretaña seguirá probablemente siendo desordenada e impredecible”. Eso, aunque “a corto plazo, la libra recupere fuerza y los valores han vuelto al alza”.
FT: «Los escoceses han dado una lección de prudencia»
“Si queremos que las cosas se mantengan como están, deberemos cambiarlas”, reflexiona en un editorial el FT citando al escritor Giuseppe Tomasi di Lampedusa. Así se refiere a las “concesiones arrancadas en los diez últimos días a unos atemorizados políticos de Westminster”. El diario asegura que “en esta ocasión, un sentimiento de identidad y valores británicos compartidos ha desembocado en una victoria para los escoceses que prefieren mantenerse en el Reino Unido antes que la independencia.
Es una lección de prudencia para los nacionalistas catalanes en España y los secesionistas venecianos en Italia, acerca de la manera en la que las identidades europeas modernas pueden limitar las aspiraciones de un tener un Estado separado”, recalca. Según el diario británico, los europeos tienen varias identidades: su región, su país y Europa. “El fracaso de la campaña nacionalista escocesa radica en la incapacidad para persuadir a los votantes que salten de la identidad escocesa a la europea, obviando la británica”, concluye.
El partido independista inglés reclaman un parlamento inglés
Más concreto The Guardian alerta sobre las reclamaciones que despierta en otras regiones las concesiones a Escocia. No sólo Gales, también el partido independentista inglés reclamará un “parlamento inglés”, asegura. De nuevo en la raíz del problema se encuentra el dinero. Como explica la BBC, “tras el triunfo del No, el principal tema en Reino Unido será la llamada «devolución de poderes» también a Inglaterra, Gales e Irlanda del Norte.
¿Por qué tienen que votar sobre los asuntos de Inglaterra?
Concederles “más autonomía en la toma de decisiones y en el manejo de sus economías en materia de gasto público e impuestos”, un debate que no es nuevo. Su página web cita a Christopher Chope, un parlamentario conservador que declaró que «si Escocia obtiene más poderes y recursos, es justo exigir que los parlamentarios escoceses no puedan votar en asuntos que afecten sólo a Inglaterra». Uno de los ejemplos citados es que los más de 50 parlamentarios escoceses en el Parlamento en Londres votan sobre asuntos de la Unión y apoyaron el polémico aumento del costo de las matrículas en las universidades en Inglaterra. Es decir, como ya ha adelantado David Cameron, los parlamentos de Inglaterra, Gales e Irlanda del Norte, deberían votar por los asuntos de su territorio de manera independiente.
Así ven las concesiones a Escocia… desde Catalunya
Los escoceses cuentan con menos competencias, quizá, pero las que disponen las gestionan en exclusiva, como si fueran un estado independiente. En Gran Bretaña no hay competencias compartidas como en Catalunya con el Gobierno central. No hay Tribunal Constituicional que dirima quién invade qué. O se tiene o no se tiene», explica el asesor catalán del SNP (partido nacionalista escocés) en Westminster, Xavier Solano. Según explica El periódico de Catalunya las joyas de la corona son educación y sanidad. Educación universitaria gratuita para los escoceses, frente a los 27.000 euros anuales que pagan los ingleses. Y un sistema de sanidad que se mantiene firme en lo público y huye de las privatizaciones en las que se ve envuelta el NHS, el sistema inglés. Eso sí, Escocia no tiene capacidad fiscal como Catalunya aunque algo avanzará algo Cameron en ese terreno (del 3% al 10% del IRPF), pero nada de impuesto de Sociedades.
No parece un coste excesivo con respecto al Sí, dicen otras voces
“El resultado sin duda forzará un incremento de las cotas de autogobierno, sí, pero no me parece un coste excesivo con respecto a lo que hubiera supuesto el ‘sí’. Contrariamente a Estados Unidos, en Europa los mercados están muy fragmentados. Con la victoria del ‘sí’ se habría tenido que asumir el coste de otro mercado, y lo que eso supone en gestión presupuestaria. El coste de nuevos mercados, otra divisa, el desplazamiento de servicios… habría sido inasumible”, señala Juan Antonio Maroto, catedrátcio de Economía de la UCM.
Las consecuencias económicas son que Escocia manejará más dinero, más impuestos, por eso Gales dice ahora que también quiere… y puede ocurrir como con la España de las autonomías y su ‘café para todos’. Escocia y Cataluña, de lejos, sí son comparables, y el resultado es un jarro de agua fría para el Gobierno catalán, señala Juan Ignacio Crespo, analista y autor de ‘Cómo acabar de una vez por todas con los mercados’.
«Hay un problema geoestratégico también para Europa en un momento en el que Rusia y China son más agresivas y a la vez Oriente Medio está desestabilizado. En Europa debe reforzarse la política de seguridad y eso es incompatible con la independencia de las regiones. Mientras pasa todo esto, Europa se está mirando el ombligo como si fuera Alicia en el País de la Maravillas, no es real, como de principios de los años 90… No se puede permitir estar ultradividida sin una política de defensa común. Las peticiones independentistas no finalizarán hasta que no termine la crisis económica todos los Gobierno deberán tratar con ello», señala.
Ferran Brunet, de la Universidad Autónoma de Barcelona tiene claro que “Camerón se ha permitido una extravagancia para el sistema político británico, un pulso al separatismo con el que ha puesto a todos en un brete, se ha pasado. Ha prevalecido el ‘seny’, una palabra catalana que se puede traducir como ‘buena vía’, ‘entendimiento’ o ‘sentido común’”.
¿Dónde frenará Cameron?
“No creo que estén ciegos y supongo que sabrán ver el caso español. Nuestro sistema requiere un límite, y creo que así lo harán. Po ejemplo, los medios no pueden entregarse al Gobierno como sucede en Cataluña con TV3 que es una televisión insurrecta y monotemática. Si en Escocia hubieran tenido el imperio mediático catalán, el “Sí” habría ganado.
Esperemos que el caso del Reino Unido no se parezca al español. El modelo español no es el modelo bueno, en España hay que reformar las autonomías. “Sin embargo, aunque sea una extravagancia política, se ha respetado la ley. Y eso no sucede en Cataluña donde hay una dejación total del Gobierno español””,destaca Ferran Brunet, de la Universidad Autónoma de Barcelona.