Las perspectivas económicas de la zona euro son mejores ahora de lo que fueron desde el inicio de la crisis en 2008, consideró este viernes el presidente del Banco Central Europeo (BCE), Mario Draghi.
«Las perspectivas económicas para la eurozona son mejores hoy de lo que han sido desde hace siete largos años […] pero una recuperación cíclica no resuelve por sí sola todos los problemas de Europa», como la deuda o el desempleo que son todavía demasiado elevados en numerosos países, señaló Draghi durante un foro organizado por el BCE en Sintra (Portugal). El presidente del BCE instó a los gobiernos europeos a aprovechar esta mejoría para llevar a cabo reformas estructurales.
Una recuperación cíclica no es suficiente
«Una recuperación cíclica ofrece condiciones casi perfectas para que los gobiernos se lancen de una manera más sistemática en reformas estructurales que consoliden el retorno al crecimiento», agregó.
Draghi subrayó que si bien se esboza una recuperación, por ahora «el potencial de crecimiento se espera que se quede muy por debajo de las tasas de crecimiento de antes de la crisis», y que por eso se necesitan las reformas.
Por segundo año consecutivo, el BCE invitó a banqueros centrales y economistas de todo el mundo a Sintra, a 25 kilómetros de Lisboa, para una conferencia bautizada en esta ocasión «Inflación y Desempleo en Europa».
Reducir el paro no es una de las misiones del BCE, al contrario que ocurre con la FED
Mientras que la inflación es claramente la primera misión del BCE, que se centra actualmente en hacerla subir a través de un ambicioso programa de compra de deuda, la reducción del desempleo no figura dentro de las misiones de la institución, contrariamente a su homóloga estadounidense, la Fed.
El presidente del Banco Central Europeo (BCE), Mario Draghi, ha reiterado que es «crucial» que los países de la eurozona lleven a cabo las reformas estructurales necesarias para fomentar el crecimiento, al mismo tiempo que ha negado que la actual política acomodaticia sea una justificación para retrasarlas como sugieren algunas voces críticas.
En un discurso en el Foro del BCE sobre bancos centrales, Draghi destacó que la perspectiva económica de la eurozona es «más brillante» actualmente de lo que ha sido en años, ya que el crecimiento está repuntando, las expectativas de inflación se están recuperando y la política monetaria está funcionando.
Sin embargo, el presidente del BCE advirtió de que esto no significa «el fin de los problemas» de la eurozona y remarcó que la recuperación cíclica por sí sola no resuelve todos los problemas que sufre el Viejo Continente.
«No elimina el exceso de deuda que afecta a parte de la unión, no elimina el elevado nivel de desempleo estructural que persigue a demasiados países, y no elimina la necesidad de perfeccionar el diseño institucional de nuestra unión monetaria», incidió.
Por el contrario, afirmó que la recuperación cíclica ofrece unas condiciones perfectas para que los gobiernos se comprometan de forma sistemática con las reformas estructurales que afiancen el retorno al crecimiento.
En este contexto, subrayó que la política monetaria puede dirigir la economía de nuevo hacia su potencial, mientras que las reformas estructurales puede elevar ese potencial. «Es la combinación de estas políticas de demanda y oferta la que ofrecerá la estabilidad duradera y la prosperidad», agregó.
A este respecto, defendió que «como guardián de la eurozona» está interesado en reiterar que las reformas estructurales que reviertan las presiones a la baja al potencial de crecimiento «son ahora vitales» para la eurozona.
Las economías débiles facilitan reformas estructurales
Asimismo, reconoció que el el «débil» comportamiento de la eurozona supone «una oportunidad», ya que, dado que algunas economías están lejos de las mejores prácticas en algunos campos, es más fácil alcanzar los beneficios de las reformas estructurales.
Por otro lado, el presidente del BCE aseguró que los críticos que afirman que la política monetaria acomodaticia constituye una excusa para que gobiernos y parlamentos pospongan sus esfuerzos de reformas usan un argumento «incorrecto».
«De hecho, yo diría que en realidad hace que las reformas sean menos costosas social y políticamente, ya que reduce el tiempo que tardan esas reformas en generar efectos positivos. Todo esto confirma mi principal argumento de que el actual entorno, per se, no crea razones para retrasarlo», añadió.