El 17 de noviembre marcará un hito para los mercados financieros. Es la fecha prevista para la apertura a los inversores extranjeros de la bolsa de Shangái.
Hasta ahora las transacciones en las plazas chinas estaban reservadas a inversores nacionales o extranjeros autorizados a un reducido número de operaciones, que debían primero pasar por un complicado proceso burocrático.
A lo que sí podían acceder los inversores foráneos era a la renta variable cotizada de Hong Kong. Ahora, se ultiman los últimos preparativos para la apertura que se realiza gracias a una conexión directa entre la bolsa de Shanghái y la de Hong Kong. Así, desde la próxima semana se podrán comprar y vender acciones de las cotizadas, igual que en Nueva York, Londres o Madrid.
Tras la apertura de Shangái, anunciada este verano, se espera que la siguiente sea la bolsa de Shenzhen. El valor acumulado de todas esas acciones en manos extranjeras supuso el año pasado un 3,66 por ciento del total del volumen de mercado de Shanghái y Shenzhen.
Será el Shangái-Hong Kong Stock Connect y se convertiría en un gigante bursátil.
Entre las bolsas de Shanghái y Shenzhen, suman acciones en yuanes, dólares y dólares de Hong Kong por un valor total de unos 270.000 millones de yuanes (33.376 millones de euros).