El comisario europeo de Asuntos Europeos, Pierre Moscovici, se mostró conciliador de cara a las negociaciones con el nuevo Gobierno griego del partido izquierdista Syriza, y señaló que las instituciones europeas serán «menos intrusivas que en el pasado».
«Estamos en una lógica de búsqueda de compromiso, no de confrontación» y «vamos a discutir de forma constructiva», subrayó hoy Moscovici en una entrevista a la emisora «France Info».
En otra entrevista publicada por «Le Parisien», en la misma línea avanzó que «la Comisión y la Unión Europea están dispuestas a relaciones menos intrusivas que en el pasado, a formas de cooperación más flexibles».
El comisario no quiso entrar a la cuestión de si Grecia no será capaz de reembolsar su deuda con el argumento de que «no (hace) política ficción».
«Sé -argumentó- que hay una deuda y que Grecia ha asumido unos compromisos. Sé que varios jefes de Estado se han pronunciado sobre la cuestión para decir que los compromisos hay que cumplirlos. A partir de eso cómo hay que arrancar» y «siempre hay posibilidades para avanzar juntos, para examinar técnicamente este asunto».
Consideró que en primer lugar hay que dejar que se instale el nuevo Gobierno de Syriza e hizo hincapié en que después de los «sacrificios» por los que han pasado los griegos, que «eran necesarios» teniendo en cuenta la situación de su economía, ahora el país «se está recuperando» y «no hay que romper esa dinámica económica».
Moscovici aseguró no estar sorprendido por el triunfo de ese movimiento izquierdista teniendo en cuenta que «los griegos han hecho muchos sacrificios» para hacer frente a una «situación económica que al principio era extremadamente arcaica» y a «unas cuentas públicas que no habían sido sinceras».
Justificó la acción hecha allí por la troika, insistió en que «hacían falta reformas» y «sacrificios» que «empiezan a dar resultados» en el terreno económico y del empleo.
El responsable europeo indicó que habrá que tener en cuenta el veredicto de las urnas, «pero también las reglas de la UE, el contexto, la posición de los Estados miembros y, por último -y es fundamental- los compromisos asumidos no por un Gobierno, sino por un país».
Se cuidó de criticar los anuncios del nuevo Ejecutivo de Atenas, que prevé incrementos del gasto público, alegando que «hay una democracia y opciones políticas nacionales que son soberanas».
«Sin embargo, la Comisión está atenta a que haya un camino pro-europeo y reformas en el terreno del Estado de derecho o para una administración fiscal más eficaz», comentó, antes de puntualizar que a su parecer Syriza coincide en eso y que «cualquier reforma debe ser financiable y financiada».
Tsipras buscará con Europa una solución «viable» a su deuda
El nuevo gobierno de Grecia buscará con sus acreedores una solución «viable, justa y mutuamente beneficiosa» al problema de su deuda, y «pasar la página de la austeridad», a la espera de iniciar en breve una delicada negociación con Bruselas.
«Entre nuestras prioridades figura una nueva renegociación para encontrar una solución justa, viable y mutuamente beneficiosa«, dijo en su primer consejo de ministros el jefe del gobierno, Alexis Tsipras.
El dirigente, de 40 años, definió su gabinete de coalición como «un gobierno de salvación nacional», que está dispuesto a dejarse «hasta la sangre para recuperar la dignidad de los griegos».
El gobierno de Tsipras, integrado por el partido de izquierda radical Syriza y la formación Griegos Independientes (derecha soberanista), pide a la »troika» de acreedores (la UE, el Banco Central Europeo y el Fondo Monetario Internacional) renegociar los términos de los dos planes de rescate, 240.000 millones en total, concedidos a cambio de un amplio programa de recortes y reformas.
Y de paso reducir su enorme deuda, que ronda el 175% del PIB.
En las negociaciones que se anuncian, el ministro de Finanzas, Yanis Varoufakis, aseguró que «no habrá ningún duelo, ni habrá amenazas».
Según él, la reducción generalizada de ingresos (sueldos y pensiones, además de las subidas de impuestos) aplicada como parte de los recortes fue un «error tóxico», que debilitó las arcas del Estado, incapaz por tanto de devolver lo prestado.
En este sentido dijo que el objetivo del gobierno es «pasar la página de la política de austeridad«, y llamó a un «»New Deal paneuropeo para la recuperación».