Los mercados españoles siguen pagando este martes el resultado de unas elecciones locales que dejan un mapa político fragmentado y por lo tanto muy complejo. Las pérdidas que ayer fueron especialmente abultadas en el mercado bursátil son hoy más moderadas en el parque. El Ibex 35 firma tablas a media sesión después de recuperar una pérdida de alrededor de medio punto porcentual.
Al contrario de lo que ocurrió el lunes, hoy es el mercado de deuda el que más sufre. La rentabilidad del bono español a 10 años sube con fuerza y supera el nivel del 1,80%, en una demostración de las dudas de los inversores, que siguen haciendo caja a la vista de la situación política en España y de la falta de avances en las negociaciones entre Grecia y la Troika para despejar el temor al impago del país heleno.
En línea con la creciente tensión en el bono, la prima de riesgo también sufre este martes. Ha llegado a superar los 130 puntos básicos en los peores momentos de la sesión, aunque luego ha reculado ligeramente por debajo de dicho nivel.
En un ambiente de creciente incertidumbre, poco han importado esta mañana las nuevas conclusiones del Banco de España, que apuntan a que la expansión del PIB español continúa a lo largo del segundo trimestre del año gracias sobre todo al tirón del consumo privado. Es precisamente la continuidad de la recuperación basada en las reformas lo que pone en tela de juicio los analistas después del resultado de las elecciones.
La agencia de calificación Moody’s ha sido una de las primeras en advertir de que el “ entorno político en España introduce algunos elementos de incertidumbre» en cuanto a la dirección de las políticas en los próximos años y que podría resultar más complicado aprobar determinadas medidas en la siguiente legislatura.
En definitiva, la firma advierte del peligro de que se produzca en España una ralentización en el impulso reformador observado en la presente legislatura. Son los riesgos de lo que en un informe ha calificado Barclays como “un paisaje político altamente fragmentado” en el que las fuerzas políticas emergentes pueden imponer lo que califica como “líneas rojas”.
Sectores afectados
Uno de los grandes temores de los analistas es que más allá del impacto macroeconómico, el nuevo mapa político español afecte de forma significativa a los distintos sectores económicos. ¿Cuáles son los más afectados?
Las elecciones locales han dado un vuelco a la distribución del poder en los ayuntamientos, que deciden las políticas urbanísticas. Por lo tanto, hay grandes planes inmobiliarios en el aire. Los más importantes están localizados, claro está, en grandes capitales como Madrid, Barcelona, Valencia, Zaragoza o Sevilla. En todos estos ayuntamientos ha cambiado sustancialmente el signo de los votos.
En la capital, Ahora Madrd valora paralizar la gran ampliación Distrito Castellana Norte y también vigila de cerca la operación Canalejas. Pero hay otros sectores afectados, como la obra civil, que se está trasladando a las cotizaciones del sector constructor, de nuevo las más castigadas del día junto a las bancarias. En este último caso, el temor es que la fragmentación política se amplíe a las elecciones generales y afecte a las reglas del juego de un sector que sale con lentitud de una larga crisis que por momentos lo ha tenido al borde del KO.