Reino Unido y Japón han comprobado la efectividad de sus estímulos económicos. La últimas cifras de PIB demuestran que están saliendo de la crisis, pero son prudentes y han decidido al unísono mantener su política expansiva.
Así, hoy, el Consejo del Banco de Japón (BoJ) ha decidido por unanimidad mantener sin cambios su actual programa de estímulos monetarios y compras de deuda ante la «moderada recuperación» de la economía japonesa gracias al repunte de las exportaciones a medida que las economías de sus socios internacionales ganan fuerza.
Son los efectos del Abeconomics, pero sin triunfalismos, «la economía de Japón se está recuperando de forma moderada», indicó la institución en un comunicado, donde señaló que las economías internacionales en general están mejorando, aunque todavía a un ritmo débil, lo que ha permitido un repunte de las exportaciones niponas.
El BoJ destaca que empiezan a aumentar las inversiones fijas de las empresas, así como los beneficios corporativos, mientras que la inversión pública ha continuado incrementándose y se ha hecho evidente el repunte de la inversión en vivienda.
En el otro lado de la balanza, el BoJ advirte de que todavía persisten riesgos como la elevada incertidumbre respecto a la economía nipona, incluyendo las perspectivas para el problema de la deuda en Europa y la evolución de las economías emergentes.
Mismas medidas, y parecido diagnóstico, el del Banco de Inglaterra. El Comité de Política Monetaria del Banco de Inglaterra (BoE) ha decidido mantener sin cambios los tipos de interés en el 0,5%, así como el importe de su plan de estímulos monetarios, que asciende a 375.000 millones de libras (441.175 millones de euros).
Y eso que el PIB de Reino Unido experimentó en el segundo trimestre del año una expansión del 0,7% respecto a los tres meses anteriores, una décima más de lo previsto inicialmente. Pero lo cierto es que el pasado mes de agosto, el Banco de Inglaterra se comprometió a no plantearse una subida de los tipos de interés al menos hasta que la tasa de paro se sitúe en el 7%, lo que supone un descenso de ocho décimas respecto al desempleo registrado en el segundo trimestre.