No hay caída de la Bolsa que pueda molestar a Jeff Bezos, el fundador de Amazon, verdadero gigante del comercio online. Incluso cuando la caída supera el 10%, como ocurrió este jueves 24 de julio, en las negociaciones fuera del horario de mercado.
Según cuenta Jérôme Marin en Le Monde, al responsable de Amazon no le importan los pequeños cambios diarios en el precio de la acción. Bezos mira a largo plazo, habla sobre el crecimiento, la diversificación y las oportunidades, cuando a los inversores les gustaría oír hablar de los beneficios, la rentabilidad y los dividendos.
Y a causa de esta estrategia del fundador de Amazon, que también es el dueño del Washington Post, los mercados financieros empiezan a impacientarse seriamente. Amazon acumula pérdidas y en Wall Street pierden los nervios.
Su récord en rojo lo ha marcado en el segundo trimestre de 2014, con unas pérdidas netas de 126 millones de dólares (94 millones de euros). Y la compañía pronostica que permanecerá en números rojos en el tercer trimestre del ejercicio.
«No estamos tratando de maximizar nuestras ganancias a corto plazo», se trató de justificar Tom Szkutak, director financiero de Amazon. En otro universo muy distinto, en Wall Street esperan resultados concretos, y muy lejos de sus deseos, tras tocar su máximo el 21 de enero, la acción de Amazon ha perdido ya un 12% de su valor.
Sea lo que sea, a Jeff Bezos no le van a cambiar la filosofía de negocios, ya que se trata de la misma que le ha llevado al éxito en sus aventuras empresariales.
El cerebro de Amazon se basa en un principio simple: «sacrificar la rentabilidad a corto plazo para promover su crecimiento a largo plazo», según destaca Michael Pachter, analista de Wedbush Securities.
Así es como la empresa se ha consolidado como líder indiscutible de los negocios oline. Esto se traduce en importantes inversiones para atraer nuevos clientes y nuevos mercados.
La conclusión es que si alguien espera lograr rendimiento inmediato de las acciones de la empresa de Seattle mejor que aguarde sentado, porque Bezos no tiene prisa alguna, y se le nota.