La crisis ha provocado que los conductores se gasten menos dinero del habitual en el mantenimiento de sus vehículos. Cambiar de vehículo se ha convertido en un lujo por lo que muchos ciudadanos son reticentes a cambiar. El drama llega cuando desde la DGT se conoce la edad de los vehículos que han intervenido en los accidentes que el pasado fin de semana o en Semana Santa perdieron la vida 46 personas.
Según la DGT, esta Semana Santa han fallecido 33 personas. Los vehículos en que se han producido los fallecidos tenían una antigüedad media de 11 años para las motos, 14 para los turismos y 15 años para las furgonetas. Un total de 13 personas fallecieron en los 11 accidentes mortales de tráfico del el fin de semana pasado. 7 de los vehículos implicados tenían más de 12 años de antigüedad.
La relación entre los accidentes mortales y la edad de los coches cada vez es más estrella. Aunque en España los coches cada vez son más seguros por las carreteras circulan todavía vehículos muy antiguos. Un coche de diez años supone que, en caso de producirse un accidente de tráfico, el riesgo de lesiones graves o mortales se multiplica por dos. En carretera secundaria además la edad del vehículo es un factor decisivo a la hora de determinar la gravedad de la lesiones.
La probabilidad de sobrevivir por parte de los ocupantes de un vehículo moderno duplica a la de un vehículo de doce años, según el director del Área de Prevención y Seguridad Vial de Fundación Mapfre, Jesús Monclús, y uno de los creadores del informe »El precio de la seguridad».
El documento, que analiza el nivel de seguridad de los vehículos más vendidos en España en 2013 y el equipamiento de los doce modelos más demandados de diferentes marcas, apunta que los automóviles que se venden en España son cada vez más seguros.
Así, nueve de cada diez coches vendidos en España durante 2013 tenían la máxima calificación (cinco estrellas) en los tests de seguridad de EuroNCAP, lo que supone una cifra superior a los seis de cada diez contabilizados en 2008.
Sin embargo, el documento apunta que todavía existe un 10% de los coches que se venden en el mercado nacional que no cuentan con la máxima calificación en seguridad, ya que no disponen de los sistemas de seguridad activa y pasiva más avanzados.
Monclús destaca que si todos los vehículos tuvieran el mismo nivel de seguridad que los automóviles modernos se podrían salvar muchas vidas en España. Así, el estudio de Fundación Mapfre señala que en la actualidad existen diferentes estrategias de comercialización en las que la seguridad no tiene el mismo protagonismo.
En la primera de ellas están los coches de bajo coste, que tienen pocos dispositivos de seguridad avanzados de serie y con opcionales limitados. En esta categoría el acceso al máximo nivel de seguridad tiene un sobreprecio del 74%. En los segmentos de mayor tamaño el equipamiento de serie y el opcional es más completo en términos de seguridad.
Con el fin de aumentar la accesibilidad a sistemas de seguridad avanzados, el informe propone que los fabricantes de vehículos ofrezcan de serie o «al menos» como opción todos los dispositivos de seguridad en todas las variantes de sus coches, así como que las administraciones públicas fomenten la información sobre dichos dispositivos e incentiven su incorporación con rebajas fiscales.
Al mismo tiempo, el documento de Fundación Mapfre apuesta por que los concesionarios pongan a la venta y matriculen como kilómetro cero modelos que prioricen un alto contenido en seguridad a otros aspectos. También anima a las empresas de alquiler, renting, leasing y flotas de las administraciones públicas a que incluyan de forma progresiva cada vez más elementos de este tipo.