Si los futbolistas se sirven de los estudios para acertar desde los 11 metros, los guardametas analizan detalladamente los lanzamientos de los especialistas rivales. Revisan el número depenaltis a izquierda y derecha, arriba y abajo, carrera larga o corta, para intuir donde irá el balón. Todos estos factores los maneja Diego Alves, uno de los mejores parapenaltis de la historia de la Liga española. Por suerte, en un penalti intervienen más factores que estrechan la batalla entre el delantero y el portero. La batalla psicológica o la cada vez mayor cantidad de datos que están al servicio de los porteros son dos herramientas al servicio de los encargados de enfrentarse a alguien que los quiere fusilar desde los once metros.
CONOCER AL LANZADOR
En ocasiones decisivas, los porteros tienen la suerte de conocer al lanzador. El mejor ejemplo es del costarricense Keylor Navas, que sabía la intención del griego Gekas en los octavos del Mundial pasado y así lo explicó: “Fuimos compañeros en el Levante me acordé de lo que solía hacer en los entrenamientos. Estaba seguro de que no iba a cambiar la forma en la que tira y al final pude pararlo”. El delantero chutó a la derecha del portero, que voló a media altura para tapar el disparo.
COLOCACIÓN DEL CUERPO
Los guardametas también pueden tirar de picaresca para detener un penalti. Según la Universidad de Exeter, en Inglaterra, si los guardametas miran a las caderas de los jugadores al final de la carrera tienen más opciones de adivinar por dónde irá el balón. «Los instantes finales antes de lanzar son muy importantes y la colacación vital», sostiene César Sánchez, exportero de Real Madrid, Valencia o Valladolid.
Por ejemplo, si el guardameta se mueve entre 6 y 10 centímetros del centro es suficiente para tentar al tirador con lanzar al otro lado, según un estudio de la Universidad de Hong Kong.
ESTRESAR AL LANZADOR
Además, si un portero va de rojo tiene más opciones de que el lanzador de la pena máxima falle. Esto es porque, según la Universidad de Chichester, el rojo se asocia con peligro, dominación o ira, y en momentos de estrés ponemos más atención a nuestro entorno. Aunque, por mucho que haga el guardameta, si el tirador lanza el penalti como Shearer contra Argentna en 1998 es imposible que pueda detenerlo o como manda Bray en su estudio de la zona insalvable.