Unos segundos antes del minuto 93, el tercero de los cinco que se había prolongado la final de Champions League entre el Atlético y el Real Madrid, cambió la historia para siempre un gol de cabeza de Sergio Ramos. Las infructuosas acometidas de los blancos por empatar en gol que había conseguido Godín en la primera mitad obtuvieron premio cuando los colchoneros ya tocaban su primera Copa de Europa. En la prórroga no hubo historia, y los tantos de Bale. Marcelo y Cristiano Ronaldo dieron al Madrid su ansiada Décima.
Fue impresionante el camino de ambos equipos hasta Lisboa. El Madrid montó su carnicería en Alemania y despachó a Schalke 04, Borussia Dortmund y Bayern Munich antes de alcanzar la final. Su 5-0 ante el equipo de Guardiola, con dos tantos de Sergio Ramos de cabeza en la vuelta, supone una de las victorias más memorables de la historia del club. El Atlético, con idéntica efectividad, despachó a Milan, Barcelona y Chelsea antes de plantarse en la final cuarenta años después.
El gran ambiente de cordialidad entre las dos aficiones marcó una jornada histórica en Lisboa. No fue un partido bonito, con un Atlético al que terminaron fallando las fuerzas y un Madrid sin claridad, lastrado por el mal momento en el que llegaron Benzema, Bale y Cristiano a la cita. Un error de Casillas a la salida de un corner posibilitó a Godín adelantar a su equipo. Como ocurriera una semana antes en el Camp Nou, en el partido que el Atlético ganó la Liga, Diego Costa apenas duró siete minutos sobre el césped antes de que se resintió de su lesión muscular. Durante casi una hora, el Atlético resistió las embestidas del Madrid, que encontró el empate gracias a su insistencia y a un cabezazo para la historia. El mazazo del empate y los kilómetros acumulados en las piernas de los colchoneros, dejaron una prórroga de un solo sentido y al Madrid como campeón por décima vez.
– Ficha técnica:
4 – Real Madrid: Casillas; Carvajal, Ramos, Varane, Fabio Coentrao (Marcelo, m. 59); Modric, Khedira (Isco, m. 59), Di María; Bale, Benzema (Morata, m. 79) y Cristiano.
1 – Atlético de Madrid: Courtois; Juanfran, Miranda, Godín, Filipe Luis (Alderweireld, m. 82); Raúl García (Sosa, m. 66), Tiago, Gabi, Koke; Villa y Diego Costa (Adrián, m. 9).
Goles: 0-1, m. 36: Godín aprovecha con la cabeza un fallo en la salida de Iker Casillas. 1-1, m. 93: Sergio Ramos remata de cabeza un saque de esquina. 2-1, m. 110: Bale cabecea un rechace de Courtois tras una jugada de Di María. 3-1, m. 118: Marcelo, con un tiro cruzado. 4-1, m. 120: Cristiano, de penalti.
Árbitro: Bjorn Kuipers (Holanda). Amonestó a Raúl García (m. 27), Miranda (m. 52), Villa (m. 72), Juanfran (m. 74), Koke (m. 86) y Gabi (m. 99), por el Atlético de Madrid, y a Sergio Ramos (m. 27) y Khedira (m. 45), por el Real Madrid.
Incidencias: final de la Liga de Campeones disputada en el Estadio de La Luz de Lisboa ante 60.976 espectadores.
Gana la Copa del Rey al Barcelona: Bale justifica su fichaje en una noche mágica
Una excepcional galopada del galés Gareth Bale a seis minutos del final dio el título de la Copa del Rey al Real Madrid frente al Barcelona (1-2), con un gol que ha entrado en la historia de esta competición y en un partido con fases de superioridad alternas por parte de ambos equipos.
El Real Madrid empezó bien y marcó, el Barça dominó durante casi todo el primer tiempo y en la segunda parte el gol de Batra y el de Bale llegaron cuando sus equipos peor lo pasaban. El remate del brasileño Neymar al poste casi al final pudo propiciar un empate que no se dio. El Barcelona inició el encuentro con el argentino Messi en el centro, Neymar a la derecha e Iniesta a la izquierda, mientras que el Real Madrid presentó un poco usual 4-4-2, con el francés Benzema y Bale en ataque.
Los primeros diez minutos fueron de superioridad madridista. El equipo del italiano Carlo Ancelotti empezó en el encuentro con más intensidad que su rival. Como consecuencia de esa dinámica, el Real Madrid se aproximó un par de veces con peligro a la meta de Pinto en los primeros diez minutos. En el 11, tras una gran jugada de Bale, Benzema y Di María, el jugador argentino batió la meta de Pinto.
Fue en una acción en la que los futbolistas del Real Madrid lo hicieron todo bien y el brasileño Alves y Pinto no estuvieron acertados, el primero al perder el balón en el inicio de la acción y el guardameta al no detener un balón en el que pudo hacer algo más.
El gol cambió la dinámica del partido, ya que el equipo del argentino Gerardo Martino se hizo con la posesión del balón y empezó a jugar cada vez más cerca de la portería de Casillas. El conjunto catalán recuperó su estilo, pero no fue capaz de crear peligro ante un Real Madrid que, a pesar e replegar sus líneas más allá de lo que parecía aconsejable, dio la sensación de sentirse cómodo con ese tipo de partido.
Esa dinámica se mantuvo hasta el descanso con opciones tímidas para el Barcelona por medio de Cesc, Jordi Alba de cabeza y un remate desviado de Messi, en una fase del juego en la que la mejor noticia para el Barcelona fue la actuación de Iniesta. El Real Madrid salía poco a la contra, pero cuando tenía la opción de hacerlo se mostraba como un equipo rápido y con las ideas muy claras, aunque apenas dispuso de más ocasiones que la de un remate desviado de Isco.
Cuando el partido llegó al descanso, al Barcelona le había faltado que su dominio fuera acompañado de más claridad en ataque y al Real Madrid control del balón y llegada: algo más que intensidad y esfuerzo en defensa. La segunda mitad dio comienzo con la salida de Jordi Alba lesionado y la entrada del brasileño Adriano y con un Real Madrid cambiado respecto a la primera parte. Volvió a jugar como al principio, dispuso de dos ocasiones por medio de Bale y provocó que el Barcelona viviera sus peores momentos del encuentro.
La posesión de balón del equipo barcelonista no se reflejaba en la creación de peligro. Sus jugadores no chutaban a puerta y daba la impresión de que el Real Madrid iba a disponer de alguna opción clara al contragolpe. El Barcelona necesitaba el gol, pero era el Real Madrid el que más lo buscaba. Mediado el segundo periodo el partido ya se parecía poco al del primer tiempo, ya que el equipo madrileño era cada vez más protagonista, con una gran capacidad para recuperar el balón y neutralizar el ataque de su rival.
Pedro entró por Cesc y poco después el árbitro anuló un gol al Real Madrid de Bale a instancias del juez de línea. Justo en la jugada siguiente y cuando peor lo pasaba el Barcelona, Bartra remató un córner de Xavi de forma impecable para establecer el empate a uno en una acción aislada y muy poco habitual en el juego barcelonista.
El gol reanimó al Barcelona y el Real Madrid se sintió excesivamente castigado. El marcador registraba un empate en un encuentro en el que el equipo madrileño podía haber metido el 2-0. Reanimado el Barça, los hombres de Martino recuperaron el dominio de la primera mitad ante un Real Madrid que volvió a cifrar sus aspiraciones en el contragolpe y que pudo marcar en buen remate de Modric (m.80) que dio en el poste.
El 1-2 llegó en una excepcional jugada individual de Bale, que recorrió sesenta metros por la banda izquierda, en la que desbordó a Batra y se plantó ante Pinto, al que batió desde cerca. El Barcelona pudo empatar a dos minutos del final, pero el remate de Neymar se estrelló en el poste.
Las claves de la victoria madridista
1. El cambio táctico de Ancelotti: cuando parecía que las cartas estaban sobre la mesa en los pulsos entre Ancelotti y el »Tata» Martino, el técnico madridista sorprendió con un movimiento inesperado y una perfecta lectura del partido. Dos derrotas ante el gran rival le mostraron el camino del éxito. Apostó por Isco Alarcón de entrada, en un mensaje que ya mostraba valentía, pero la sorpresa fue el paso del habitual 4-3-3 a un 4-4-2 con dos líneas juntas que apenas dejaron hueco en defensa, evitaron pases de peligro, la búsqueda de un punto débil del Barcelona atacando con velocidad a sus laterales y aumentando la presencia de delanteros con el paso de Bale a segunda punta para sacar rentabilidad de la zona más mermada del rival por las bajas. El orden y la entrega máxima fueron las primeras piedras en la construcción del triunfo madridista. Ancelotti necesitaba una gran victoria en un duelo directo y lo firmó mostrando su nivel como técnico.
2. Unión ante la adversidad: las lesiones mermaron mucho al Real Madrid. Le privaron de los dos laterales que a buen seguro habrían jugado la final -Arbeloa y Marcelo-, de un centrocampista clave en el equilibrio del equipo como Khedira, el revulsivo de Jesé pero sobre todo su líder, Cristiano Ronaldo. Sin el portugués el resto de la plantilla da un paso al frente en sacrificio y responsabilidad. Asumen que para conseguir el triunfo su trabajo debe subir un escalón y son más solidarios en el esfuerzo. El conjunto madridista fue a una todo el partido. En los minutos que desarmó al Barça en la primera mitad como en los que se defendió con firmeza para hacer daño al contragolpe. La unión fue la clave del éxito.
3. Bale en su papel: ante la ausencia de Cristiano Ronaldo para ganar el Real Madrid necesitaba un futbolista que pusiese el gol en los momentos decisivos. Bale asumió que por el alto precio que pagaron por su traspaso debía asumir la responsabilidad. Sintió que era un gran día en el que estaba obligado a mostrar su mejor nivel. En todo momento lideró el ataque. Fue el jugador que más remató a la portería de Pinto. Tenían orden de disparar al portero habitualmente suplente, hasta que encontró el premio deseado en una exhibición de sus virtudes como futbolista. Su carrera de 58 metros en 8 segundos fue imposible de frenar para Bartra, su gol es el mejor servicio a un equipo y un entrenador que siempre ha confiado ciegamente en él. Ya pocos dudarán de él. Es un jugador llamado a marcar una época.
4. El paso al frente de Isco: mostró tanto descaro en el inicio de su primera temporada en el Real Madrid, sin sentir el peso de la responsabilidad de jugar en un grande, que su progresiva desaparición de los equipos de Ancelotti bajo el argumento de un esquema en el que no tenía cabida, sorprendió. De golpe, el futbolista que cambiaba el sentido del ataque con su magia y que explotaba como nunca su llegada a gol, debía reinventarse para dar más en defensa o no podría jugar. En el 4-3-3 su nueva ubicación sería en el centro del campo y ahí el sacrificio necesario es mayor. En la final demostró que los buenos jugadores se adaptan a todo. Jugó en banda, brilló en cada acción ofensivo y realizó un gran trabajo defensivo. Dio al paso al frente que le pedía su entrenador.
5. Ayudas para frenar a Messi: el sistema de ayudas defensivas del Real Madrid fue para poner en vídeo en las escuelas de fútbol. Los momentos de sufrimiento llegaron por su banda derecha pero la forma de sacar a relucir la peor cara de Leo Messi muestra la compenetración perfecta de los centrales Pepe y Sergio Ramos, la importancia de frenar un estilo y que el único gol del Barça llegase a balón parado se explica por el sacrificio de Xabi Alonso cuando no tuvo el balón, el desgaste de Di María, la profesionalidad de Isco y las ayudas atrás de Bale. Sólo así el Real Madrid podía salir airoso del duelo, subiendo la intensidad de su presión.
6. El santo de Iker: siempre le acompaña en las grandes citas, Casillas. Ha ganado nueve finales de doce disputadas en su carrera. Son esos días donde rescata una de sus paradas salvadoras, que en Mestalla no tuvo oportunidad de hacer, o su eterna alianza con los postes. Cuando el espectáculo se cerraba, Neymar le encaró, se encontró huecos tapados por Casillas y su disparo se estrelló en la madera. Iker ha disfrutado como nunca de la Copa del Rey. Es la primera vez que la jugó completa y solo encajó un tanto en nueve partidos. Le sirvió para firmar un nuevo récord y ser el único guardameta en la historia de la competición que está mil minutos sin ser batido. Por su situación y la rotación de competiciones con Diego López, los títulos ahora tienen un sabor especial para el capitán.
7. Nueva exhibición de Di María: el argentino pasó de enfrentarse al público del Bernabéu, con un «acomodamiento» de sus partes como respuesta a unos silbidos, a liderar de nuevo al Real Madrid. La mano de Ancelotti sirvió para poner paz donde se creaba un conflicto y Di María respondió a sus críticos aumentando una dosis más su tremendo esfuerzo físico de cada partido y aderezándolo con mayor porcentaje de acierto en la zona del campo donde se hace daño al rival. Se acopló al centro del campo cuando entendió que Bale era intocable y debía jugar en una nueva posición. Sin Cristiano, de regreso a su lugar preferido, dejó una nueva exhibición en banda. Marcó el tanto que abrió la final y desequilibró siempre, contagiando a su equipo de su ritmo eléctrico y mostrando que es un futbolista imprescindible para alcanzar el éxito esta temporada.