«La Iglesia no bendice el frenesí y la psicosis en que una persona cae cuando ve estos partidos», dijo Filaret, jefe de la Iglesia Ortodoxa ucraniana-Patriarcado de Kiev, citado por la agencia de noticias »UNIAN».
Filaret, cuya rama de la Iglesia Ortodoxa ucraniana tiene cerca de 10 millones de seguidores, recalcó que su congregación apoya el deporte y el estilo de vida saludable en general, pero no el fanatismo futbolístico.
«Sólo hay que mirar las caras de estas personas. Ya no son humanos, se parecen más a monos que a humanos. Eso es porque pierden el equilibrio (emocional)», comentó al respecto. «Un hombre vive en un estado pecaminoso cuando no se controla a sí mismo. Entonces bebe y pelea. Nosotros estamos en contra de eso», agregó el clérigo, de 83 años.
Filaret apuntó que no ha visto los partidos del torneo y que no animaba a la selección de su país, que juega el martes un partido decisivo contra Inglaterra en busca de la clasificación a los cuartos de final del certamen.
«No tengo nada que ver con el fútbol. El fútbol no significa nada para mí, pero estoy prestando atención a lo que significa para Ucrania», confesó.
La postura de Filaret contrasta enormemente con la expresada por la Iglesia Católica polaca, que ha organizando misas especiales para los hinchas que acuden a la Eurocopa. El cardenal Stanislaw Dziwisz, arzobispo de Cracovia, escribió entusiasmado en su blog sobre el primer partido de Polonia en el torneo, revelando que oró por el arquero Przemyslaw Tyton, quien detuvo un penalti en el empate 1-1 frente a Grecia.
El apoyo de la Iglesia, sin embargo, no ayudó a que Polonia se clasificara a los cuartos de final del torneo después de caer el pasado sábado ante la República Checa (1-0).