José Ángel Ziganda reconoció sentirse decepcionado tras la eliminación del Athletic Club de la Liga Europa por parte del Olympique de Marsella, aunque subrayó que se siente con «fuerzas» para seguir al frente del equipo y que la temporada «no ha acabado en marzo».
«El vestuario está decepcionado y triste porque no es fácil estar aquí y cuando llega el final duele. Queda un cuarto de liga y debemos intentar recuperarnos, coger aire y recuperar a gente. La temporada no ha acabado en marzo, para nada. No estamos para tirar absolutamente nada», reflexionó el técnico.
Ziganda, cuestionado sobre la pitada con la que ha despedido la afición local a su equipo, dijo que «el público ha estado muy bien» durante el partido y que «es de justicia que al final muestra su decepción».
«No estoy como para no tener ganas ni esperanza. Voy a preparar cada partido como si fuese el primero del año y, a partir de ahí, a ver si nos juntamos todos, somos más regulares y capaces de asentar la idea del equipo y no ir con el gancho como últimamente», añadió.
Ziganda aseguró además que no quiere «poner excusas», pero sí recalcó que disputar competición europea «tiene un peaje importante en forma de lesiones, de estado de forma, de pocos cambios, de poco descanso y una exigencia brutal».
«Nos está costando una barbaridad llevar ese ritmo. Somos muy conscientes del año que llevamos, pero es cierto que hay imponderables que no estamos siendo capaces de resolver», apostilló.
Acerca de la derrota encajada esta noche en San Mamés, el técnico navarro admitió que el Olympique de Marsella «es un gran equipo» que fue «superior en los dos partidos». «No hemos sido capaces de ponerles en duda, que es lo que queríamos», concluyó.