Puede que al calor de la llegada de Simeone la salida de Reyes se minimice pero, en realidad, es una muestra más de que el club vive una desesperante bipolaridad. Por un lado pretende seguir siendo un grande, fichando cracks, y por otro cualquier descosido le deja al aire las vergüenzas económicas y tiene que vender. Pero ,eso sí, buscando excusas, alegando desencuentros para que no parezca lo que es, que a medio año ya no se pueden pagar los sueldos.
Cerezo y Gil Marín se han convertido en dos expertos trileros que esconden la bolita en el cubilete menos pensado. Una de cal y tres de arena. Así es difícil que nadie crea en el proyecto y cada vez es más complicado convencer a grandes entrenadores para que vengan y a buenas jugadores para que se queden.
Buen ejemplo de lo que les digo es Fran Mérida. Tenía todas las condiciones para triunfar, eligió el Atlético por corazón y ahora va de cesión en cesión. Lamentable.
Algo pasa pero nadie lo dice. Bien pudieran Quique Sánchez Flores o Manzano decirnos qué ocurre pero la santa hermandad de entrenadores tiene prohibido descubrir los entresijos de los clubes, les va el siguiente contrato en ello.
Castigados sin Reyes
- 30 / 12 / 2011 - Arsénico de Madrid
No arderá el Calderón, ni se rasgaran las vestiduras rojiblancas pero sigue siendo un mal signo que los jugadores más dotados abandonen el barco.