Septiembre de 2010: oigo por primera vez hablar de triatlón. Diciembre de 2012: comienzo a asesorar a quien fuera campeona del mundo de triatlón. Noviembre de 2016: mi primo se apunta al Ironman de Barcelona.
Pero… ¿qué es el triatlón? Además de una fiebre y un reto que no para de crecer, es un deporte. No tres. Recuerdo bien diciembre de 2012. Mi socio y yo compartíamos mesa y mental con la otrora campeona del mundo y en mi ingenuidad le dije “pero esto son tres deportes juntos, ¿no?”. A lo que me repuso, con claridad tal que nunca más tuve que volver a preguntarlo: “es un solo deporte”. Un solo deporte en el que, por este orden, se nada, se pedalea y se corre.
He asistido en directo -en vaqueros, no en mono- a pruebas de triatlón y creo que no hay deporte más duro. Los triatletas salen del agua a la carrera, después de nadar la distancia correspondiente, se calzan, se ponen el casco y a pedalear. Al cabo de una kilometrada, se bajan de la bici, se ponen las zapatillas de running y a correr hasta la meta. Siempre por este orden, el triatlón va desde la modalidad sprint hasta el Ironman.
De locos y valientes
Ironman es una marca registrada, que organiza la modalidad más larga del triatlón, ultraman aparte. En el Ironman las distancias son: 3,86 km de natación, 180 km de ciclismo y 42,2 km de carrera a pie (maratón). Han leído bien. Bajas de hacer una “etapa del Tour” y a correr una maratón. De locos. Y de valientes. El Ironman por excelencia se celebra anualmente en Hawaii, donde nació este deporte. El primer español en participar fue Javier Berasategui, leyenda de este deporte y padre de Virginia, campeona de todo y varias veces top ten en Hawaii.
¿Y qué hay de los números, del dinero? Hablamos de un deporte en clara expansión. ¿Razón? Tiene algo de reto y de superación que hace que a muchos -mi primo incluído- se les meta el gusanillo y ya no pueda salir. Las palancas que hacen que un deporte crezca son dos: líderes y televisión. La cobertura televisiva del triatlón no es tan atractiva como en otros deportes, pero ahí va. Líderes va habiéndolos. No olvidemos que nuestro compatriota Javier Gómez Noya, campeón donde los haya, acaba de recibir el Premio Príncipe de Asturias de los Deportes.
¿Cuánto gasta un amateur que participa en un triatlón? 3500€ en equiparse. Más viaje. Más inscripciones.
¿Cuánto gana el mejor triatleta del mundo en premios al año? No más de medio millón de euros. Más lo que gane en sponsors. Del millón no pasa. Y es el número 1 en lo suyo. Las comparaciones con el fúbtol, con el riesgo de pecar de populismo, están servidas.
¿Qué tamaño tiene el mercado del triatlón? En USA en 2015: casi 3.000 millones de euros.
¿Cuánto cuesta inscribirse en una prueba de Ironman? 500 euros.
Monte una buena prueba
Se desprende de estos datos que es muy difícil ganarse la vida siendo triatleta profesional. Pocos lo consiguen. Cuando entren las televisiones de verdad y el mercado crezca, otro gallo cantará.
Es un mercado en expansión y el negocio, a día de hoy, está en dos sitios: las marcas y las pruebas. ¿Quiere usted ganar dinero con el triatlón? Monte una buena prueba o hágase distrubuidor de una marca extranjera. Por dar ideas.
En fin, breve aproximación la que hemos hecho a esta fiebre que no para de crecer y crecer y donde los números empiezan a ser dignos de análisis. Deseoso de ver la evolución de este deporte en la próxima década.