La llegada de Rafa Benítez al banquillo de Real Madrid supondrá más trabajo y más eficacia. Su sistema suele ser el 4-2-3-1 como esquema base, con posibles adaptaciones a un 4-4-2.
Sus entrenameientos se especializan en una gran presión y el equilibrio. Sus estrellas también se sacrifican por el bien del equipo. Así, Cristiano Ronaldo, Benzema o Gareth Bale tendrán que defender más para que el equipo no sufra en tareas defensivas.
El curriculum de Benítez no lo puede discutir nadie. Una Champions con el Liverpool, dos Ligas y una UEFA con el Valencia y una Copa y una Supercopa con en Napoli, ahora el objetivo del entrenador madrileño no es otro que conquistar de nuevo la Champions con el Madrid y la Liga.
Valencia
En el Valencia, Rafa marcó un estilo propio. No en vano conquistó dos Ligas y una UEFA. La fortaleza defensiva, representada en jugadores como Pellegrino y Ayala, sustentaba un equipo muy ordenado y vertiginoso con espacios. Un contraataque potente que repartía el peso de la capacidad anotadora en varios delanteros como Angulo, Oliveira o Xisco, y en los jugadores de segunda línea, como Baraja, Aimar, Rufete o Vicente, más una mentalidad a prueba de bombas, constituían las claves del éxito.
Liverpool
Fue la época dorada de Benítez, más allá del valor que se otorgue a los resultados. El madrileño supo fichar con el dinero que le dio su jefe. Su gran logro al frente del Livepool fue la Champions conquistada frente al Milan de Ancelotti.
En su primer año, la llegada de Xabi Alonso (15 millones de euros) Luis García (8.5 millones) y Josemi (3 millones) contrarrestó la salida de Michael Owen. Una propuesta arriesgada que funcionó al lograr la Liga de Campeones frente al Milán. Además, se estrenaba el »Spanish Liverpool».
A partir de ahí, exceptuando una FA Cup la siguiente temporada, en la destacaron las altas de Crouch y Reina, el resto de los cursos se sucedieron sin mayores triunfos que otra final de la Champions que no pudo adjudicarse. No se puede negar la rentabilidad de futbolistas como Torres (28 millones de euros), Mascherano (26 millones), Kuyt (12.7 millones), Benayoun (7 millones) o Riera (11.3 millones), pero dado el déficit financiero y la escasez de títulos importantes, para muchos, el cómputo global, su período allí no fue de sobresaliente.
Nápoles
En el Nápoles, el presidente, Aurelio de Laurentiis puso a su disposición desde un primer momento el dinero ingresado por la venta de Edison Cavani al PSG, y con el se afrontó las llegadas de Callejón, Albiol, Reina e Higuaín. El objetivo, devolver a la senda del triunfo al club napolitano. Con una Copa y una Supercopa de Italia, dicha meta no ha sido satisfecha del todo.