La confirmación de que el dopaje fue una práctica generalizada a nivel profesional y la sospecha de que los entrenadores obligaban a sus atletas a doparse, sacuden los cimientos del deporte en Europa del Este. La televisión alemana ha emitido un documental llamado ‘Secreto oficial dopaje. Cómo Rusia crea a sus ganadores, donde se denuncia la existencia de dopaje sistemático y de corrupción en el deporte ruso durante años. En él, participan grandes atletas de la historia del deporte ruso y admiten que sus trayectorias están manchadas por un sistema de dopaje amparado por el estado y por todo un aparato de ocultamiento.
Después de la Guerra Fría continuaron los casos sospechosos de dopaje. Los organismos deportivos nacionales e internacionales apuestan cada vez más por una lucha contra estas prácticas fraudulentas. Las técnicas para la detención del dopaje son más exhaustivas, sin embargo siguen existiendo fórmulas para evadir las pruebas.
La sangre de tortuga que llevó a China a correr más rápido
Mundiales de Atletismo de Sttutgar 1993. El equipo femenino chino, dirigido por el entrenador Ma Junren, sorprendió al mundo batiendo unos récords en media y larga distancia imposibles de superar en aquella época. La atleta Qu Yunxia consiguió el oro en aquella cita y mantiene el récord mundial de 1.500 metros lisos en una marca de 3» 50»» 46.
El técnico desveló cuál era el secreto. Un zumo elaborado con sangre de tortuga para oder resistir un durísimo entrenamiento que no admitía excusas ni descanso. La rutina deportiva de sus atletas podría haber rozado lo inhumano y se llegaron a producir denuncias de maltrato físico y psicológico. Fue destituido en 1994 pero el problema no se resolvió en China.
Jugo de avispas gigantes
La sangre de tortugas pasó a la historia cuando en 1996 un científico nipón, Takashi Abe descubrió un secreto aún más efectivo para los corredores: jugo de avispas gigantes. Comprobó que los ratones que se alimentaban con este brebaje corrían 150 minutos sin descanso, los que no lo hacían sólo aguantaban 100.
Con esa sustancia, se elaboró un zumo llamado »vaam» que servía para recuperar energías después de realizar un esfuerzo físico. Del roedor al humano. La atleta japonesa Naoko Takahashi, batió el récord femenino de maratón en Sidney 2000. Confesó que llevaba tres años tomando el jugo de avispa gigante.
Embarazos para rendir más
Basándose en el dopaje sanguíneo lograron mejorar el rendimiento atlético, algo por desgracia habitual en el deporte. Pero el Dr. Poul -Erik Paulev del Departamento de Fisiología Médica de la Universidad de Copenhague explica en el libro ‘LifeSite’ un método de dopaje indetectable usado en Europa del Este en los 70: el aborto.
“El embarazo aumente la fuerza muscular en atletas femeninas y muchas de ellas, lograron varios récords mundiales después de dar a luz a su primer hijo”. Esto es totalmente normal, debido a las hormonas que produce su cuerpo. Sin embargo, está técnica se ha utilizado de forma ilegal en la Europa del Este durante años para conseguir un ‘dopaje natural’ indetectable en los controles.
El estado obligaba a las mujeres a tener relaciones con su entrenador para quedarse embarazadas. El siguiente paso era abortar a los dos o tres meses con el fin de mejorar el rendimiento en el momento adecuado gracias a que el cuerpo reabsorbe las hormonas fabricadas durante el embarazo. Está comprobado que en los tres primeros meses de embarazo, el cuerpo de una mujer produce un excedente natural de glóbulos rojos en la sangre con el fin de ayudar el crecimiento del feto. También aumenta la progesterona, el estrógeno y la testosterona, lo que puede llegar a aumentar la fuerza muscular hasta un 30%
Los aumentos de las hormonas como la relaxina, que relaja las articulaciones de la cadera para prepararse para el parto, pueden tener también un efecto de mejora en el rendimiento de la movilidad articular. Las menores de edad también eran sometidas a tratamientos con esteroides y sustancias, por lo que de no haber abortado hubieran tenido hijos con malformaciones. Una excampeona nacional de natación dio a luz a un hijo que tenía un pie deforme y otra exatleta tuvo una hija ciega.
Mona Passignano, director de investigación del grupo pro-vida de Tejas ‘Life Dynamics Reports’, aseguró en un estudio que una atleta rusa le confirmó “que hace tiempo, alrededor de los años 70, los gimnastas de 14 años en adelante recibieron la orden de dormir con sus entrenadores para quedarse embarazadas y después abortar”, espeluznante.
El dopaje a través del aborto fue el tema de debate en la Primera Conferencia Mundial contra el Dopaje en el Deporte celebrada en Ottawa en 1988. Según las declaraciones de los varios delegados allí presentes, algunos atletas de Europa del Este llegaron a inseminarse artificialmente para después abortar y aprovechar el impulso hormonal, aunque nadie ha ofrecido nombres de ninguna atleta.
Un método con una intención parecida a la transfusión de sangre
El aborto es un sistema de dopaje similar a la transfusión de sangre. Este método funciona de forma difícilmente detectable para los análisis. Un especialista extrae sangre a un deportista antes el inicio de la competición para reintroducirla en un momento clave. El fin es el de enriquecer la sangre con glóbulos rojos que contienen más oxígeno y que serán aprovechadospor los músculos. Debido a que la sangre es del mismo individuo, no es detectable si no hay de por medio ninguna sustancia química.
Las transfusiones sanguíneas utilizadas en el mundo deportivo pueden ser de tres tipos: las recibidas de un donante de sangre humano (transfusiones homólogas), las recibidas de una especie diferente a la humana (heterólogas) y las autotransfusiones de sangre del mismo deportista (transfusiones autólogas).
Desde el año 2004, la Agencia Mundial Antidopaje tiene un método oficial reconocido para detectar el dopaje sanguíneo por transfusión de sangre homóloga, es decir, de otro ser humano. En los Juegos Olímpicos de Atenas, al ciclista norteamericano Tyler Hamilton, campeón olímpico en contrareloj individual, se le detectó en la muestra A la existencia de dopaje sanguíneo por transfusión pero la muestra «B» no pudo ser analizada porque fue congelada en vez guardada en un frigorífico a 2-6 grados centígrados y no fue sancionado. Sí lo fue poco después, cuando volvió a dar postivo en la Vuelta a España.
El dopaje sanguíneo que contenga sustancias químicas o cualquier tipo de droga es identificado en los controles, aunque quienes las suministran suelen ir por delante de los laboratorios. Es por ello que cada vez salen a la luz más positivos por dopaje años después, cuando los análisis avanzan en la búsqueda de anomalías en la sangre de los deportistas. Desde Londres 2012, la sangre de los atletas se mantienen un mínimo de ocho años en los laboratorios a la espera de avances que confirmen la total limpieza de los deportistas.
Mujeres embarazadas y campeonas
Marion Jones, una de las mujeres más rápidas del planeta, se quedó embarazada en 2012. Tardó 17 meses en regresar a las pistas y lo hizo con una victoria en una rueba en Nueva York. Se le acusó de mejorar el rendimiento con el embarazo, pero no solo de forma natural, sino también de forma ilegal. Años después reconoció que se dopó.
La excampeona Mundial de 10.000 metros, Liz mcColgan, ganó una carrera de 8.000 a los 25 días de ser madre. Paula Radcliffe ganó el Maratón de Nueva York a los 34 años, 10 meses después del parto. La británica es la única mujer que ha ganado esta carrera despué de ser madre.
La atleta irlandesa Sonia O»Sullivan también ganó la Gran Carrera del Norte en julio de 2001, sobre 8.000 metros estando embarazada de cuatro meses y la alemana Heike Drechsler conquistó dos títulos olímpicos, uno mundial y tres europeos en longitud después de ser madre. Estos son algunos ejemplos, pero hay más.