Exactamente dos meses después de la escalofriante caída a 80 kilómetros por hora que le dejó trillada la rodilla derecha, Alberto Contador levantó las manos al cielo de Santiago de Compostela celebrando su tercer título de la Vuelta Ciclista a España, seguro una de las victorias más especiales de su carrera. La mera presencia del ciclista de Pinto en la ronda española es un monumento a la perseverancia. La victoria final va más allá, es un desafío a la medicina deportiva. “Es casi imposible que esté en condiciones de competir”, aseguraba Manuel Leyes, doctor de la clínica CEMTRO que le atendió.
El diagnóstico de las lesiones de Contador en ningún caso hacía presagiar este desenlace en la Vuelta. El ciclista español presentó una fractura en la meseta tibial, contusiones óseas en el fémur y una herida de 15 centímetros. Con la fuerza de voluntad que ha marcado su carrera, se puso a trabajar desde el primer día. Aunque no podía apoyar, realizó trabajos de electroestimulación para recuperar y no perder masa muscular debido a la inactividad.
Si ya se trataba de una contrarreloj, una infección en la herida complicó las cosas hasta el punto de que el corredor sólo veía negrura en el futuro. “Mal dia hoy, la cicatrización de las heridas se complica,no tengo fecha para volver a montarme en la bicicleta. Adiós a la Vuelta”, escribía Contador en su cuenta de Twitter. Contador se encontraba en Lugano recuperándose. Cuando surgieron estas complicaciones con la herida, los doctores volvieron a coser la herida, por dentro y por fuera. A partir de ahí, el ciclista empezó a ver la luz al final del túnel.
Mal dia hoy,la cicatrizacion de las heridas se complica,no tengo fecha para volver a montarme en la bicicleta.Adios a la Vuelta.
— Alberto Contador (@albertocontador) julio 23, 2014
El 1 de agosto volvía a subirse en la bicicleta. “Ya puedo flexionar la rodilla y estoy empezando las tomas de contacto con la bicicleta”, escribía en las redes sociales. Tres días después ya se aventuraba a subir puertos. El milagro se estaba gestando y el anuncio de su participación llegó el 14 de agosto, un mes después de su estremecedora caída, un mes antes de coronarse en Santiago. «Llevo ahora diez días montando en bicicleta y ayer fue el primer día que pude subir un puerto sin dolor en la rodilla. Eso me ilusiona y me motiva y me ha llevado a tomar la decisión de correr la Vuelta a España».
Ya en la carretera, Contador ha ido creciendo día a día. El pináculo de su actuación llegó en la etapa reina en La Farrapona, donde primero aguantó un devastador ataque de Chris Froome y después lo descolgó, ganando la etapa y asestando un golpe de efecto definitivo. Un guión que se repitió en la última etapa en línea en Ancares, en la que Contador volvió a tocar el cielo. La perseverancia y la sublevación ante los obstáculos bien merece una Vuelta a España.
Por muy dificil que se pongan las cosas y parezca que la suerte no te acompañe,con ganas y trabajo los retos se consiguen! #QuererEsPoder
— Alberto Contador (@albertocontador) septiembre 13, 2014