Buena parte de mérito ha de llevárselo Simeone que ha dotado a la plantilla de un carácter a prueba de bombas y al público de un sentido del apoyo que está creando escuela.
Por supuesto que la defensa tiene protagonismo y que el centro del campo ayuda en grado sumo a la tarea y, ya puestos, habrá que loar, también, a unos atacantes que se dejan la piel tapando huecos donde más duele.
Con esto y con mucho más que se me escapa, lleva año y medio el Atlético haciéndose fuerte en la ribera del Manzanares. Para ejemplo el último partido frente al Málaga. Mal enemigo que,sin embargo, sucumbió a los goles rojiblancos y a la “fiebre amarilla” ( Blanco y en botella. Por cierto, si les extraña la actuación arbitral busquen con quién juega el equipo malacitano la siguiente jornada)
Nada es fácil pero el Atlético ha encontrado una cierta comodidad en su campo y esta semana tiene dos nuevas citas que le pondrían muy cerca sus objetivos, seguir arriba en la Liga y pasar primeros en Champions.
Olympiakos y Depor han de pagar el peaje.